viernes, 19 de marzo de 2010

¿Por qué fracasó F.O.R.J.A.?


por Enrique Rivera

¿Por qué razón FORJA, que permanecía en la posición democrática y nacionalista del viejo yrigoyenismo, heroicamente, durante la década infame, no tuvo viabilidad? Una razón (…) es la actitud organizativa de Frondizi y sus amigos que contribuyó a aislarla. Pero hay una explicación más profunda y es que desde la primera guerra y particularmente desde el año 1930, la burguesía mundial en su conjunto se había tornado reaccionaria. Quedaba así cerrado el ciclo del liberalismo democrático y nacionalista, que se expresó todavía en el viejo Yrigoyen. En el terreno de la democracia burguesa, la única posición cómoda que podía sustentarse era la de Frondizi y otros, que prestaban a la oligarquía y al imperialismo el color democrático y hasta la quejumbre ‘nacional’ que les hacía falta para arrastrar al pueblo argentino a la carnicería imperialista, política que ensayaron a través de la presidencia de Ortiz.
En nuestra época, en los países coloniales y semicoloniales, el motor de la revolución no es el desarrollo de la burguesía industrial, sino la imposibilidad de seguir viviendo bajo el dominio del imperialismo en crisis, que para salvarse acogota a sus esclavos coloniales. Se originan así grandes movimientos populares nacionalistas. Pero la década infame dejó a nuestras masas populares sin posibilidad de expresión política y, al producirse una solución militar al problema, los elementos burgueses, que tuvieron el control del proceso, tomaron las garantías para que la lucha nacional no se desarrollase con la correspondiente ideología revolucionaria. Así resultó que el ‘nacionalismo clerical’, al que FORJA caracterizaba con toda precisión en su verdadero carácter, representó la ideología concreta de un proceso que, sin embargo, era económica y socialmente revolucionario. De este modo, Perón se apoyaba en el proletariado, pero a la vez tranquilizaba a la burguesía, que mantenía el control a través del nacionalismo clerical y a ella se lo dejó cuando vio que para continuar en el poder, había que profundizar el proceso y prescindir de las formas ideológicas reaccionarias. FORJA no podía tener viabilidad, porque se hubiera necesitado para ello una burguesía democrática y nacional que no existe. Esto a la vez nos permite explicarnos por qué cuando dominan la oligarquía y el imperialismo implantan un régimen superestructural “democrático, liberal, izquierdista, etc.” Sencillamente, como el proceso económico y social es reaccionario, no necesitan tomar sus garantías en la esfera ideológica. Ahora, todos estos elementos demoliberales, que sólo pueden brillar en el candelero cuando dominan la oligarquía y el imperialismo, vale decir, cuando el proceso estructural es reaccionario, al triunfar el movimiento nacional en la única manera en que según hemos visto pudo darse, y que ellos mismos provocaron, aparecieron frente a las formas y representantes ideológicos reaccionarios, como si fuesen elementos progresivos. Pero “frente” al movimiento nacional, FORJA, en cambio que estaba con el contenido de éste, se disolvió. Más que disolverse, quedó al margen, luego de haber desempeñado su papel, para retornar algunos de sus hombres en las postrimerías del régimen. Es notable constatar que, cuando para ir adelante, la revolución nacional y popular necesitaba su propia ideología progresiva, dándole mayor papel al proletariado en la conducción del proceso, los nacionalistas clericales y los demoliberales se unieron para dar el golpe contrarrevolucionario, un setiembre de 1930 con una mayor amplitud histórica.
Rey dice que cierto “negativismo esencial” limitaba las perspectivas de FORJA, debido tal vez a que este movimiento fue producto no de una época de ascenso, sino de retroceso. En realidad, era precisamente esta última circunstancia la que permitía a un grupo de jóvenes radicales dar una expresión programática clara, popular y democrática al movimiento nacional.
El movimiento nacional encabezado por la burguesía, cuando está en el llano, en la oposición, puede permitirse y se permite en efecto, expresiones ideológicas democráticas, populares, que dejan espacio inclusive a un ala izquierda que refleja o procura reflejar los intereses del proletariado y sueña que el triunfo del movimiento nacional, encarnado por el líder de turno, le traerá un predominio político cada vez mayor. Así se presenta, bajo esta faz progresista, avanzada y conmovedora, la burguesía cuando la oligarquía y el imperialismo tienen el comando. Pero, en cuanto comienza a ascender al poder, o cuando se trata siquiera de alguna posibilidad electoral más o menos seria, se alía con la reacción para darle el golpe a los pequeños burgueses que creen en la burguesía democrática y nacional y al ala izquierda. Por ejemplo, el mismo Frondizi, ante la Pastoral del Obispado, en vísperas de las elecciones del 28 de julio, se nos aparece de repente como partidario de la enseñanza libre, enemigo del divorcio y buen padre de familia, que educó a su hija en un colegio religioso. ¡Qué disgusto para el ala izquierda de la UCR Intransigente! El único consuelo que Frondizi le dejó fue que, entre tantos santos de la iglesia, unos más, otros menos reaccionarios, era Francisco de Asís, aquel al que por sus antecedentes estaba más próximo. Ahí fue a parar el izquierdismo del cuco de la oligarquía y el imperialismo. Pero el ala izquierda, como antes laboristas y otros, dicen: No reduzcamos las posibilidades del triunfo discutiendo antes de las elecciones; no nos coloquemos fuera del movimiento; después veremos. “Después”, en cuanto la burguesía adquiere elementos de poder, no discute; los aplasta con su fuerza material, la misma que le dio el proceso revolucionario cuando, en el caso más desdichado, no los utiliza a ellos mismos para volverlos contra el mismo sector progresivo que encarnaron. Frente a este mecanismo, previsto teóricamente en 1945, y confirmado reiteradamente, no existe otra garantía que la independencia “política” del proletariado en el seno del movimiento nacional. Y decimos proletariado, porque la pequeña burguesía democrática no tiene salida. Como no la tuvo FORJA. A lo sumo, proporcionará excelentes críticos de lo que pudo haber sido y no fue, de lo que debía ser y no es, etc. etc.

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