Agradecimiento
a periodistas brasileños, Buenos Aires, 21 de septiembre de 1947.
Agradezco, conmovido, esta amabilidad que, por
venir del Brasil, es para mí, doblemente grata.
Pertenecemos a una generación de hombres jóvenes
que valora los sentimientos y los factores espirituales por sobre todo. En ese
concepto, hemos establecido ya que en esta parte de la América occidental no
existe ni existirá problema alguno mientras el Brasil y la Argentina se encuentren
unidos como en el presente, y sus hombres se amen como se aman actualmente.
Esta generación ha buscado en nuestro país, puede
decirse, la inspiración de vuestro ¡lustre presidente, que en esta parte de
América, es el predecesor de todas nuestras inspiraciones de grandeza, libertad
y gloria para nuestro país.
He tenido ya oportunidad de repetir las mismas
palabras hace ocho meses al director del Trabajo del Brasil, doctor Do Rego
Monteiro, quien nos hizo el honor de visitarnos y justipreciar con nosotros
todo el exponente de nuestra moderna industria. Al regresar a su patria, le
entregué un disco para que él tuviese la amabilidad de hacerlo escuchar al
doctor Vargas, y he recibido después de un tiempo una contestación que me
halaga y me halagará por toda la vida.
Brasil es, para nosotros, una prolongación de nuestra propia patria, y la
amistad brasileñoargentina no es para nosotros una aspiración, sino que es una
realidad, como el día y la noche. Todo cuanto hacemos, todo cuanto trabajamos y
todo cuanto aspiramos para nuestro porvenir, será un complemento de esa
amistad.
Nuestros países pueden, en el futuro, ser felices si aprenden a complementarse
el uno con el otro. Si la naturaleza, sabiamente, ha dado al Brasil lo que la Argentina no tiene, y a la Argentina aquello de lo
que el Brasil carece, sería una leccion muy bien aprovechada por los brasileños
y por los argentinos, ésta que la naturaleza les ofrece, asegurando un porvenir
de paz, de amor y de trabajo, únicos factores que hacen la grandeza de las
naciones.
Reitero mi agradecimiento por el obsequio de que me habéis hecho objeto y que
guardaré como un hermoso recuerdo. Y os ruego quieran dar un estrecho abrazo al
presidente de la Cámara
de Comercio de San Pablo, a quien hace poco tiempo tuve ocasión de saludar.
Contesta el periodista doctor Barbosa
Respondiendo a los conceptos del coronel Perón, en
nombre de los visitantes pronunció palabras el periodista doctor Barbosa, quien
expresó. Quiero pedir licencia para decir a V.E. que cuando me siento en medio
del pueblo, como hace unos instantes: cuando oigo los clamores de la masa
reivindicando derechos que aquellos que se decían representantes del pueblo
nunca les dieron, pese a prometerlo siempre, me he sentido en mi ambiente,
porque yo también soy hilo del pueblo.
Cuando días pasados asistimos a un encuentro en el
estadio de River Plate, y el locutor anunció nuestra presencia, la sostenida
ovaci6n de que fuimos objeto por parte de ese pueblo que coloca a la patria por
encima de todo, con un espíritu de independencia dentro de la unión de todos
los países, nos hizo llegar a una primera conclusión: que no hay nada en el
mundo que hoy pueda separarlos, especialmente cuando se trata de pueblos
americanos, como el brasileño y el argentino, unidos no solamente por
imperativos geográficos, como lo ha señalado V. E., sino también por
imperativos históricos, y por los lazos espirituales que han de privar sobre los
demás factores sociales y económicos.
En nombre de mis colegas, de esta representación
juvenil que se halla en esta acogedora y hospitalaria tierra, presento a V.E.
nuestro saludo y la expresión de nuestro agradecimiento, rogándole transmita a
este gran pueblo el sentido homenaje de la nueva generación del Brasil. Y
prometemos a VE. llevar al gran brasileño presiden te Vargas, el fraternal
abrazo vuestro.
Contesta el Vicepresidente
Hace poco tiempo llegó al país un viejo amigo
nuestro, el periodista brasileño Cayo Julio César Vieira. Llegó hasta el
despacho del Ministerio de Guerra y me dijo: "Coronel: en algunas partes
del Brasil dicen que ustedes están haciendo fortificaciones sobre el río
Uruguay." Yo le contesté: "¡Hombre, es la primera noticia que tengo
Pero yo quiero que usted vaya a visitar nuestras "fortificaciones" en
la frontera y vea todo lo que quiera, cuando lo quiera y durante el tiempo que
quiere. Verá usted que no encontrará "fortificaciones" sino
"fortalezas", construidas por la extraordinaria unión y camaradería
que existe entre los jefes y oficiales brasileños y argentinos, para quienes no
hay, en este momento, fronteras que los separen."
Efectivamente, Vieira hizo el viaje y a su regreso
me mostró una fotografía en la que aparecía de pie sobre un pilar de la
triangulación topográfica de Entre Ríos, diciéndome: "Esta es la
fortificación." Pero me trajo algo aun más interesante. El jefe del
Regimiento 2 de Cabellería de Uruguayana me mandó, por su intermedio, una
botella de champaña brasileño con una dedicatoria que decía: "Le hago
llegar al señor ministro esta nueva arma secreta, con la cual comenzamos esta
guerra de verdadera confraternidad entre los dos países."
Nuestra orden a las tropas de la frontera es la de
vivir todo el tiempo posible en contacto y en unión con los jefes y oficiales
brasileños. La consigna de ellos es la misma. Las señoras se reúnen
indistintamente a tejer en territorio brasileño o argentino, y los jefes
alternan en los casinos de oficiales de los regimientos de ambos países,
habiéndose realizado ya una corriente de canje espiritual entre las dos orillas
del río Uruguay.
He querido referir este
episodio a los periodistas brasileños ofreciéndoles, en las mismas condiciones,
que pueden ver lo que quieran, donde quieren y como lo quieran ver. Esto es
todo cuanto podemos ofrecerles, puesto que a nuestros corazones, hace mucho que
los tienen.
capitulo primero de TERCERA POSICIÓN Y UNIDAD LATINOAMERICANA
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