jueves, 31 de diciembre de 2009

Conducción política y guerra integral



por Juan Perón


La formación de los cuadros para la conducción política


Lo que necesita nuestra juventud es organizarse.

En otras palabras, las masas no valen ni por el número ni por la capacidad de sus componentes, valen por la clase de dirigentes que tienen a su frente.

De ahí la importancia de los dirigentes de conducción y de los dirigentes de encuadramiento. Los de conducción se encargan de la conducción estratégica, y los de encuadramiento de la ejecución de la lucha táctica. Pero todo esto necesita una unidad de concepción y una unidad de acción. La unidad de concepción pertenece al comando estratégico y la unidad de acción pertenece a los comandos de la lucha táctica. Así debe ser, desde un punto de vista ideal, la organización de las fuerzas. Indudablemente que de la clase de conductor que se tenga depende en gran medida el éxito a que debe aspirarse.

Conducir es un arte, como la pintura o como la escultura, que tiene su técnica y que tiene su teoría. Con la teoría y la técnica se puede hacer un buen cuadro como se puede hacer una buena escultura. Indudablemente que si se quiere hacer una "cena de Leonardo" o una "Pietá" de Miguel Ángel sería necesario Leonardo o Miguel Ángel, porque la teoría y la técnica es la parte inerte del arte, la parte vital es el artista. De manera que siendo la conducción un arte es necesario preparar a un artista, dándole una técnica y dándole una teoría. La conducción política obedece a las mismas leyes que las demás artes, como consecuencia de que es también un arte. El conductor -esto lo digo yo con gran conocimiento de causa, porque yo políticamente soy un aficionado- mi profesión es la de conductor que eso es lo que he hecho y estudiado y trabajado toda mi vida. Naturalmente que dominando el arte de la conducción es más fácil conducir que ignorándolo.


Conducir no es mandar, conducir es persuadir


Ahora, el resto depende del "óleo sagrado de Samuel’ que hayamos recibido como artistas al nacer. Conducir, no es como muchos creen, mandar. Conducir es distinto a mandar. Mandar es obligar; conducir es persuadir, y al hombre siempre es mejor persuadirlo que obligarlo.

En la conducción política ésta es una regla que no se puede romper en ningún caso. Ahora, en la conducción política hay una serie de principios que conforman, diremos así, la teoría de la conducción, de la economía de fuerzas, la sorpresa, la continuidad del esfuerzo, en fin, un sinnúmero de principios que se realizan todos sobre un núcleo central, que es el principio de la economía de fuerza que dice que no se debe ser fuerte en todas partes para vencer políticamente; es suficiente ser más fuerte en el momento y en el lugar donde se produce la decisión. Todos los demás principios obedecen a este, diremos, principio nuclear; sirven a ese principio todos los demás. Porque en esto parece que -como la organización de todas las cosas- es nuclear. Es nuclear la organización de microcosmos y es también la del macrocosmos.


El estudio y la práctica


Bueno, en esto hay una similitud, la técnica de la conducción, bueno, la técnica tiene unas variantes tremendas que se adquieren mediante el estudio, pero también mediante la práctica. Un ejemplo suele aclararlo todo, como decía Napoleón. Por ejemplo, yo en la conducción, la técnica que he empleado siempre ha sido simple. Jamás en la conducción política hay que obligar a nadie. Hay que persuadir a todo el que se pueda para que hagan las cosas sin forzar los acontecimientos; es decir, cuando yo quería que se hiciera una cosa, ya me ocupaba de que un tercero lo tomara y me viniera a consultar a mí: "¿Se puede hacer esto?". Muy bien: la idea era inicialmente mía, pero claro, en esto satisfacía muchos deseos, muchas ambiciones. Siempre he pensado en este tipo de técnica de la conducción. Yo lo digo siempre que si Dios bajara todos los días a la tierra a resolver el problema planteado entre los hombres, ya le habríamos perdido el respeto. Y no habría faltado un tonto que quisiera reemplazarlo a Dios, porque el hombre es así. Entonces hay que copiar en esto a la naturaleza, que es en la naturaleza donde está inspirada esta técnica. Lo demás, bueno, los demás procedimientos son similares a esto. En política no hay nada directo, no hay nada violento, no hay nada que llegue a forzar la voluntad de los hombres, sino a promover esa voluntad, concebirla y lanzarla. El conductor político es un hombre que hace por reflejo lo que el pueblo quiere. El recibe la inspiración del pueblo, él la ejecuta y entonces pueden tener la absoluta seguridad que lo va a realizar mejor porque los pueblos difícilmente se equivocan.

Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo. Que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista. El conductor siempre trabaja para los demás. Jamás para él. Hay que vivir junto a la masa, sentir sus emociones y entonces recién se podrá unir lo técnico a lo real; lo ideal a lo empírico.

Bien, la conducción política tiene un sinnúmero de características que llevan a comprenderla. La política no se aprende, la política se comprende, y solamente comprendiéndola es como es posible realizarla racionalmente. Decía el mariscal de Sajonia que él tenía una mula que le había acompañado en más de diez campañas, pero decía que la mula no sabía nada de estrategia. Lo peor es que él pensaba que muchos de los generales, que también lo habían acompañado, sabían lo mismo; hay hombres que toda su vida han hecho política, pero nunca la han comprendido. El éxito será siempre para éste que la haya comprendido, no para el otro que pretendió aprenderla. Porque la política es una sucesión de hechos concretos, en cada uno de los cuales las circunstancias varían diametralmente, hay cosas que son semejantes y que pueden dar inspiración, pero igual no hay nada.


En política nada hay igual


De manera que la experiencia está en comprender la política para ser más sabio en todas las ocasiones y no pretender aprenderla porque sabemos que la sucesión de hechos concretos y diferentes no dan enseñanza para ninguna ejecución política. Es decir, la juventud debe saber que para poder conducir han de prepararse en esto. La conducción por "amateur" no puede ser proficua en éxito. Es necesario dominar este arte. El que quiera ser dirigente y no domine el arte de la conducción, y bueno, no va a llegar nunca lejos. Por eso es difícil encontrar hombres que sean capaces en la conducción, porque esto no se aprende de otra manera que sometiéndose a una disciplina científica, que dé los grandes conocimientos necesarios para abarcar el panorama, con una sensibilidad que es indispensable y una imaginación sin la cual no vale nada ver las cosas. Entonces con sensibilidad o imaginación, ver, base para apreciar; apreciar, base para resolver; y resolver, base para actuar.

El deber de vencer es indispensable en la conducción. Aquel conductor que no sienta el deber de vencer, difícilmente va a vencer en cualquier acción. El que quiere conducir con éxito tiene que exponerse. El que quiera éxitos mediocres, que no se exponga nunca, y si no quiere cometer ningún error lo mejor es que nunca haga nada.


Conducción estratégica y conducción táctica


¿Cuál es la misión de la conducción estratégica y cuál el de la conducción táctica y cómo se articulan, general?

Bueno, eso es muy claro. Lo estratégico toma el conjunto de las operaciones. Yo en este momento soy el conductor estratégico; tengo cuatro misiones: mantener la unidad del Movimiento; mantener la unidad de doctrina; encargarme de las relaciones internacionales y revisar las grandes decisiones tácticas, que puedan tener influencia en la situación del conjunto. El comando estratégico maneja el conjunto, sin detallar. La conducción táctica maneja la lucha en el teatro de operaciones.

Por eso yo puedo ser el conductor estratégico a quince mil kilómetros; no podría ser el conductor táctico. El conductor táctico es el Consejo Superior que está allá, dirigiendo el conjunto de las operaciones de la lucha en el propio terreno de operaciones y él debe estar conectado con todas las fuerzas que accionan en cualquiera de los lugares y en cualquiera de las formas que esta acción táctica se realiza. Táctica es la lucha directa. Estrategia es la conducción de conjunto.

¿La lucha electoral es táctica o estratégica?

Bueno, la lucha electoral es táctica. Ahora la orientación de eso lo da la estrategia. No se puede decir cuando termina la estrategia y cuando termina la táctica, están ensambladas una contra otra y muchas veces, si no hay tiempo, y es necesario, la conducción táctica toma una medida estratégica y la consulta después con el Comando. Actúa a través de las directivas que él recibe del Comando Estratégico. Pero él actúa, él es el ejecutor de las decisiones estratégicas, el ejecutor en el teatro de operaciones donde no está el conductor estratégico.

Al mismo tiempo hay varios encuadramientos tácticos, digamos...

¡Ah, sí! Hay varios. Puede haber un comando general para manejar todo cuanto es posible, pero si no es posible eso, hay varios comandos tácticos que actúan por cuerdas separada". ¿Por qué? Por ejemplo, en la situación nuestra, en la lucha táctica que hemos sostenido: lo que pasa en Córdoba debe ser manejado por un conductor de Córdoba, porque no se puede manejar a 400 o 500 kilómetros. La lucha táctica hay que manejarla encima. En Tucumán, bueno, ellos tienen una misión, están realizando su misión táctica. Táctica es la lucha directa, estrategia es la conducción del conjunto.


La persecución del enemigo con todos los medios y todas las fuerzas y todas las acciones de lucha


Es indudable que la articulación, tanto del dispositivo estratégico como del dispositivo táctico para la lucha, trae, en algunos sectores, un cierto grado de confusión, porque no todos pueden comprender ni conocer lo que se está realizando a su lado, lo que indica que cuando uno está en una lucha de esa naturaleza, y está conduciendo una lucha de conjunto, cada uno debe mirar al frente, no mirar al costado, el compañero está también en una tarea y en una acción. ¿Cuáles son las fuerzas que en este momento, por ejemplo, están en acción? Hay fuerzas sociales, fuerzas económicas y fuerzas políticas, cada una de ellas tiene una misión, están coordinadas y están conducidas. Eso es lo que da el dispositivo. El dispositivo aquí no es esquemático, los dispositivos políticos son de acuerdo a las circunstancias, como surgen las articulaciones.

La sabiduría está en poderlas encaminar coordinadamente hacia un objetivo y una acción común. Es lo que se está haciendo actualmente en la conducción de nuestro movimiento.


Los tres empeños de lucha


Indudablemente que en este momento, dentro del panorama nacional frente a la dictadura, hay tres acciones: una es la guerra revolucionaria, otra es una insurrección que parece proliferar en el ejército, con los generales y todas esas cosas, y la otra es la línea pacífica de la normalización institucional. Son las tres acciones que se están realizando.


La guerra revolucionaria


Indudablemente, la guerra revolucionaria es una guerra larga, sumamente larga y muy cruenta, donde el sacrificio de los hombres es una cosa penosa y prolongada, y quizás ése sea un camino si no hay otro camino.


El golpe de Estado


Esa insurrección militar que se pretende realizar no ofrece al pueblo las garantías necesarias, ¿por qué? Porque ésta es una dictadura, pero lo que los militares quieren después de una insurrección es hacer otra dictadura. Quizá sea peor que ésta, porque ésta es una dictadura vencida, y... puede venir una vencedora, y ésa es más peligrosa, sobre todo por el tiempo.


La vía electoral


Quizás el camino mejor fuera la normalización institucional. ¿Por qué? Y, es la que se puede alcanzar en menos tiempo. Ahora, tiene un inconveniente, la mala intención. E indudablemente se pretende hacer una trampa como nos han venido haciendo en los dieciséis años de guerra que llevamos, porque piensen que éstos son dieciséis años de guerra de los cuales hemos ganado nosotros cinco o seis batallas, la última ganada es posiblemente la decisiva. Este enemigo se siente vencido y comienza a retirarse. Nosotros ¿qué tenemos que hacer frente a un enemigo que se retira? ¡Perseguirlo! No dejarle levantar cabeza. Es lo que hacemos en esta conducción.


El enemigo se defiende


Pero siempre que un enemigo se siente vencido busca la negociación, busca la mesa de negociaciones, y vean ustedes lo que esta pasando en Vietnam: que es un ejemplo de la guerra regular, la guerra internacional. Muy bien, estos señores, están matándose allá en Vietnam todos los días, sin embargo, en París ya están en ciento veinte reuniones de la conferencia de paz; es decir, se va a negociar, y en la negociación cada uno quiere sacar ventaja, y algunos, como nos pasa a nosotros, en nuestra guerra, quieren hacer trampa. Pero para que se pueda hacer trampa en una mesa negociadora tiene que haber un tramposo, pero tiene que haber un tonto que le haga el juego ¿no?... El secreto esta en que ese tonto no exista, y sabiendo... Nosotros tenemos una larga experiencia. ¿Qué ha venido pasando en el país durante dieciséis años? Cada vez que han hecho una acción nos han querido meter la mula, digan que nosotros no los hemos dejado y seguimos en la lucha. Bueno, pero ahora, esto puede ser un intento más, pero ya tenemos esa experiencia. Los hombres que están negociando ahora del otro lado -enfrente nuestro- son los mismos que antes nos hicieron trampa. Le hicieron trampa al pueblo, no a nosotros.


Los mismos gorilas con distintos "modales"


...con los gobiernos seudo-constitucionales y las dictaduras que le sucedieron, pero ¿qué es lo que ocurrió? El país estaba en una economía de abundancia, ellos llegaron y la condujeron a una economía de miseria.

Ahora, nosotros si llegamos, tenemos que volver a una economía de abundancia y eso es lo que pondrá en evidencia las consecuencias de esta lucha. Ahora, indudablemente que frente a este cuadro nosotros tenemos que seguir la persecución. Es decir, en nuestros dispositivos políticos de superficie...


Dispositivo táctico


...hay un sector que esta en la mesa de negociaciones, donde no debe haber un tonto, empecemos por ahí, otro sector esta en la acción política, persiguiendo, diremos incruentamente a ese enemigo, con medidas, con acciones. ¿Si nosotros no hubiéramos hecho "La Hora del Pueblo", qué ocurriría? Que los partidos políticos podrían hacer causa común con la dictadura, y sería un sector de debilidad para nosotros. El otro sector es el "Encuentro de los Argentinos", que ése esta firme luchando, etc. y bien, éste lucha en su terreno, como ése otro lucha aquí, en la mesa de negociaciones; los dos están luchando.


La lucha en el campo económico


Frente a eso esta la Unión Industrial Argentina, que no es ni unión ni es industrial, ni es argentina. Porque entre ellos andan a las patadas, no solamente son industriales sino que hay de todo allá adentro... y además, no es argentina, porque son todos los gerentes de las compañías extranjeras que han tomado a nuestro país. Entonces, esas fuerzas también juegan. Por otro lado está la Confederación General del Trabajo, que es la fuerza social, que es la fuerza de toda la organización sindical, ellos también están haciendo su lucha en su faja. Ahora, por ejemplo, allí, dentro de eso hay algunos que defeccionan... Hay otros, en cambio, que son firmes: la lucha que se está librando dentro del organismo, es la misma lucha que libramos nosotros en todos los terrenos, no es que allí haya una cosa diferente, ¡no! , es lo mismo. Hay algunos que defeccionan por los intereses porque creen que pierden su predicamento si no se hacen las cosas como ellos dicen; algunos por convicción, otros por... pero, lo que interesa es que toda acción de conjunto se realice bajo una conducción...


La coordinación de fuerzas y acciones


...esa es la parte estratégica. Claro que los que están en un sector hablan mal de los del otro sector, porque creen que no lucha. ¡Sí, luchan! Luchan por sus medios, no se puede pedir que todos hagan la guerra revolucionaria, ¿no? Pero todos están luchando. En la reunión que hemos tenido aquí, hemos consultado, todo el mundo está luchando.


La lucha por todos los medios


Por eso es que la situación allá no da para más. ¿Qué buscan con esto? y, que se haga y que se llegue a una solución, de cualquier manera; y si podemos, llegar por la normalización institucional, si ésta llega a corto plazo.

¿Seria una victoria táctica, general, ésa, o no?

¡Natural! ¡Es una victoria táctica! Que se gane allí, o se gana en la mesa de negociaciones, igual si se saca ventaja.


La trampa de las elecciones sin Perón


Ahora, el secreto está en no dejar triunfar la mala intención y que nos hagan una nueva trampa, si, que le hagan una mala trampa al pueblo...


Se han hecho muchas ya, ¿no?


¡Ya se han hecho muchas!, pero tenemos mucha experiencia, así que es difícil, si ellos no entran por eso. Nosotros tenemos que seguir luchando; ¿cómo? Con todos los medios. ¿Por qué? Y, si no podemos a corto plazo, será a largo plazo con la guerra revolucionaria.

¿Qué es el reaseguro?


El reaseguro estratégico


Es claro; ellos no pueden aguantar mucho tiempo, de manera que tienen que acortar el tiempo. Por eso hablan de volver las fuerzas armadas, salvando, diremos así, su prestigio, ya muy disminuido, por otra parte, frente a todas las macanas que han hecho. Entonces indudablemente que para ellos ya es como en Estados Unidos, quieren salvarse, salvar la ropa, por lo menos en la acción que están realizando allí se quieren retirar, pero con honor. Bueno, dejémosle el honor, con tal de que se retiren. Pero el hecho es que tienen que retirarse.


De la resistencia a la ofensiva


Porque piensen que éstos son dieciséis años de guerra en la cual hemos ganado nosotros cinco o seis batallas, la última ganada es, posiblemente, la más decisiva. Este enemigo se siente vencido y comienza a retirarse. Nosotros, ¿qué tenemos que hacer frente a un enemigo que se retira? perseguirle, no dejarle levantar cabeza.


Perseguir al enemigo


Es lo que hacemos en esta conducción.


Movilización y organización para una lucha activa y una lucha política


General, usted dice que el enemigo se retira, pero también es cierto que el enemigo no está dispuesto a perder el poder ni las armas...


El enemigo detenta el poder militar


...así como que sus intenciones políticas se evidencian tramposas... Siendo así, ¿cómo deben prepararse las... organizaciones y bases del Movimiento para imponer la voluntad soberana del pueblo? ...o sea... ¿qué indicaciones puede usted darle... para evitar otro 18 de marzo de 1962?...


Hay que evitar otro 18 de marzo de 1962


Bueno, en el campo de la conducción estratégica, las resoluciones no son discrecionales, sino que corresponden a etapas de la conducción... en este momento se ha anunciado que va a haber elecciones y la promesa de elecciones es en el menor plazo posible, sin discriminaciones, sin proscripciones y sin limitaciones.


Elecciones con Perón


Muy bien, nosotros hemos aceptado eso y hemos tomado la resolución de ver si estos señores efectivamente van a llamar a elecciones.

El plazo para nosotros es el año 1972, por nuestras exigencias, siendo eso posible desde todo punto de vista, pensamos que si en el año 1972 no se ha llamado a elecciones es porque hay una mala intención de no cumplir las promesas que se han hecho al pueblo. Muy bien, en esas condiciones, para el que hace la conducción estratégica se presentan dos límites. Este momento en que nosotros hemos aceptado eso como cierto y el momento en que eso se realice o se compruebe que no se va a realizar.

Hay, entonces, un interregno entre este momento y ése. Hemos tomado esta resolución, no podemos tomar otra resolución, hasta que eso no se haya aclarado definitivamente, como que se llama a elecciones entonces habrá llegado el momento de tomar una resolución estratégica; es decir, aceptar el hecho e ir a las elecciones controlando de que sean elecciones serias, limpias y que se entregue el gobierno al que gane. Si comprobamos que no se llama a elecciones, la resolución será otra, será empeñar la lucha con todas las fuerzas a fin de llegar a esas elecciones. O de lo contrario, forzar la situación para que las soluciones vengan por una línea cruenta que no deseamos nosotros, pero que estaríamos obligados a tomar de acuerdo con las circunstancias.V Ese interregno, la conducción estratégica, va a utilizarlo para el reordenamiento de todo el dispositivo de lucha, es decir, tanto los grupos de activistas como el Encuentro de los Argentinos, como La Hora del Pueblo, como las organizaciones sindicales, como las organizaciones empresariales, de todo nuestro dispositivo.

Tienen sus pequeños problemas internos, y enfrentamientos, en fin, divergencias, entre unos y otros dirigentes. Es tarea de la conducción estratégica...


Unirse y organizarse


...llamar a toda esa gente, ponerla de acuerdo, e ir dando un estado de unidad, de solidaridad y de organización; cohesionando a todo el dispositivo de lucha, que no sabemos cómo la vamos a emplear en esa nueva resolución y en consecuencia debemos prever las dos circunstancias; que se llame a elecciones, para la cual precisamos una perfecta organización o la mejor organización política posible; que no se llame a elecciones; la mejor organización de lucha. Pero como una cosa no está reñida con la otra, podemos simultáneamente preparamos para una lucha activa, que puede desprenderse en el caso de que no se llame a elecciones o de una lucha política en el caso de que se llame a elecciones, para lo cual también debemos estar preparados. Yo creo que ese espacio es el que yo estoy aprovechando actualmente.

¿Ganar tiempo, digamos? ¿Hay que prepararse para lo mejor o para lo peor?


Prepararse contra el golpe gorila

Prevenirse contra la violencia y el odio gorila


Exacto, pero organizar las fuerzas para eso. Si tenemos este espacio de tiempo a disposición utilicémoslo en eso, porque no lo podemos utilizar sino en la persecución que estamos realizando, pero esa persecución no es obstáculo para que nosotros reorganicemos nuestro dispositivo y pongamos nuestras fuerzas en las mejores condiciones de responder a cualquiera de las dos situaciones que puedan presentarse.

Es decir, ¿desarrollar al máximo la movilización y la organización de todos los encuadramientos y las bases?

Exacto, es en lo que estamos. No solamente el reclutamiento de todo eso y la movilización de todo eso, sino también el ordenamiento, la organización, es decir, que tengamos un dispositivo ágil para cualquiera de las situaciones que se vayan a presentar... y además de ágil, organizado y perfectamente cohesionado.


Movilizar activamente a las bases


En este sentido es que se ha hablado con todos los dirigentes del campo político, del campo sindical, del campo activista, en fin, y se van coordinando por, digamos así, contactos a alto nivel, porque coordinar no es la tarea de la conducción estratégica sino es la tarea de la conducción táctica. Eso hay que realizarlo allá, desde acá no se puede realizar esto. Yo hago la parte que me corresponde, lo demás harán lo que les corresponda a ellos allá, con todas las dificultades que naturalmente hay en estos casos, pero que son dificultades que se salvan fácilmente.

En las circunstancias actuales es preciso que todo el Movimiento se movilice y se incorpore a la acción. La conducta es bien simple y el deber bien claro. Que cada peronista en todo momento y en todo lugar haga más de lo preciso por la liberación de la patria y de su pueblo.

Los peronistas han de hacerse la idea de que son ellos y solamente ellos los que han de poner el esfuerzo y si es preciso el sacrificio. La peor de todas las actitudes es permanecer inactivo cuando el destino del país está en juego.


La guerra revolucionaria o guerra de guerrillas


Se ha hablado mucho de la guerra revolucionaria. Bien, algunos creen que esto es una cosa nueva. La guerra revolucionaria en sus formas, diremos, autóctonas en cada lugar que se realiza, puede tener sus características originales. Pero la guerra revolucionaria es una guerra de guerrillas, se realice en el campo o se realice en las ciudades, es decir, puede ser guerra de guerrilla urbana y guerra de guerrilla rural; según las características de cada región donde se la realice. Pero esto no es cosa nueva, nosotros los profesionales sabemos bien que, probablemente, haya sido la primera forma de guerra que ha existido. La guerra de guerrillas -que en el fondo no es otra clase que la guerra revolucionaria- que hoy practican las fuerzas de liberación de los países, porque el problema de casi todos los países del mundo, en estos momentos, es un problema de liberación.


Guerra de desgaste


Bien, hay un principio en el arte de la guerra que establece que cuando se tienen las fuerzas suficientes uno las reúne y las lleva a una batalla decisiva y en esa batalla decisiva juega la suerte de su decisión... pero cuando no se tiene esa fuerza suficiente para vencer en una batalla decisiva, se divide esta gran batalla, que se podría librar en conjunto, en miles de pequeños combates, donde venciendo en cada uno de ellos por las circunstancias especiales que ayudan a esta acción, es en cierta medida y a lo largo del tiempo, como si se diera una batalla decisiva, sumando todos estos éxitos tácticos. Por eso la guerra decisiva es cuando se va a una batalla, la otra es una guerra de desgaste. Al enemigo muy fuerte uno lo va desgastando por partes, eso obedece a un viejo pensamiento de Confucio. Confucio decía que una hormiga no puede matar a un elefante, pero sí se lo puede comer, es decir, es ir sumando esfuerzos, hasta ir desgastando y devorando, diremos así, la fuerza que se tiene enfrente. Esto es normalmente en los conflictos entre la fuerza y la opinión. La opinión tiene mucha fuerza pero como opinión no tiene una fuerza activa para una lucha violenta, entonces esa fuerza de la opinión se va descomponiendo hasta formar las guerrillas. Esto es, la guerra revolucionaria, tal cual se la practica hoy en casi todos los países latinoamericanos, que tampoco es porque sólo sea Dios grande y misericordioso sino que esto es una cosa preparada, organizada, armonizada y coordinada, ¿por qué? Porque el problema es común, entonces la lucha también tiene que ser, en realidad, común... ¿En qué consiste la guerra revolucionaria? En toda acción de guerra, los medios que se emplean son: uno, la potencia, por que la potencia lo ata a los elementos de lucha, en cambio el que no tiene la potencia no tiene otro remedio que multiplicar su acción por la movilidad.


Golpear donde duele y cuando duele


La guerra revolucionaria, en consecuencia, se trata de una guerra de movilidad: donde está la fuerza nada, donde la fuerza no está, todo, pegando cuando duele y donde duele... ése ha de ser, digamos así, el slogan de la guerra revolucionaria. Ahora, indudablemente, que para que esto pueda realizase con éxito, porque el que tiene la fuerza, el que tiene la potencia, diremos así, va a seguir persiguiendo a esa acción de guerrillas y a la larga lo va a acorralar en alguna parte hasta poder aniquilarlo. El secreto está en poder liberarse de ese peligro, para lo cual hay que tener una zona, diremos, que sea inmune a toda la acción de las fuerzas.

Eso, por ejemplo, se puede producir por acción territorial, es decir, cuando se hace la guerrilla rural, la montaña, el bosque, donde es posible colocarse detrás de un obstáculo que no pueda ser fácilmente vencido por el otro se puede obtener zonas inmunes a la acción de la fuerza. Y la lucha de guerrillas urbanas: primero la sorpresa, es el factor fundamental, para realizar en la acción, y después, los medios de movilidad para desaparecer inmediatamente de producido el golpe. Si se golpea allí donde duele y cuando duele y, después, cuando concurre la fuerza que ha de reprimir, desaparecer; es decir, la sorpresa y la movilidad, ahí están los dos factores fundamentales...


Sorpresa y movilidad


...de ese tipo de guerra que se desarrolla dentro de las zonas urbanas. Ahora naturalmente que esto presupone que no puede ser una cosa improvisada. En la guerra no hay nada que pueda ser improvisado. La guerra hay que estudiarla bien, prepararla bien y realizarla bien. Cada uno de los grupos que actúan en esto, deben ser grupos que ejerciten estas acciones, se llaman acciones de comando en la guerra regular y éstas se preparan minuciosamente. Se elige un terreno igual que donde se va a actuar y se ejercita coordinando las acciones, se hace dos, tres, cuatro, cinco veces... cuando cada elemento, como un reloj, está en lo que debe realizar, entonces se larga la operación al terreno real. Esto tiene probabilidades de éxito, es decir, no se improvisa nada. Diremos... una acción de éstas se concibe, se prepara, se ejercita y después recién se realiza. Es decir, el éxito depende de toda la acción, de toda esa preparación y de toda esa organización. El éxito a nadie le sale al paso, no es obra de la casualidad. El éxito es obra de la previsión, de la organización y de la realización. Cada una de estas acciones es una pequeña batalla que se libra y si no se ha omitido nada y si se ha asegurado bien toda la acción que se va a realizar...


Extremar las medidas de seguridad


...no puede fallar. Esto se hace en la guerra regular, se hace frente a unidades en un golpe de audacia. En la noche le copan el comando y desaparece el comando. En una acción de éstas entran en un campamento, ya con todo estudiado y conocido perfectamente, se liquida todo el comando y le dejan una unidad sin cabeza. Bueno, esto no es nada más que eso aplicado a esta guerra revolucionaria que se está realizando en todas partes, como digo, no allá solamente... en todas partes...; yo leo los diarios... dan todos los días noticias de acciones realizadas de esta manera. Algunas fallan. Cuando fallan es por falta de preparación o por una mala concepción o por una falta de organización.

¡Pero si no esto no puede fallar! No puede fallar, ¿por qué? Porque usted pega donde nadie lo estaba esperando; en consecuencia, usted va preparado hasta los dientes y armado hasta los dientes, y los otros no. Entonces no puede fallar, si se hace bien y, como decimos, esta guerra de guerrillas es hija de estas acciones. Si se realizan veinte, treinta, cincuenta, cien, bueno, eso equivale a una gran batalla que se da diluida, diluida en muchas partes. Esto es la guerra revolucionaria como se la ha llamado ahora. Se la llama guerra revolucionaria ¿Por qué? Porque se está haciendo una guerra de guerrillas para una liberación de los países y para una liberación de los pueblos. Entonces, es revolucionaria. Pero esto mismo, es la misma técnica que se emplea en la guerra. Aquí no hay nada nuevo. Cuando en la guerra mundial ocurrió lo mismo. Cuando los alemanes avanzaron hacia Rusia y llegaron hasta Moscú y ocuparon toda esa zona de ahí...


Miles de pequeños combates


...a la retaguardia de ellos se armó la guerra de guerrillas... Y, como decimos esta guerra de guerrillas es hija de esas acciones. Si se realizan veinte, treinta, cincuenta, cien, bueno, eso equivale a una gran batalla que se da diluida, diluida en muchas partes...


Una acción bien preparada no puede fallar


...diremos, una acción de ésta, se concibe. El éxito no le sale al paso por suerte ni por casualidad. Esto es, se concibe, se prepara, se ejercita y después, recién, se realiza. Es decir, el éxito depende de toda esa acción, de toda esa preparación y de toda esa organización. El éxito a nadie le sale al paso, no es obra de la casualidad. El éxito es obra de la previsión, de la organización y de la realización. Esta es la guerra revolucionaria como se la ha llamado ahora...


Organizar la opinión en fuerza activa


...esto es normalmente en los conflictos entre la fuerza y la opinión. La opinión tiene mucha fuerza, pero como opinión, no tiene una fuerza activa para una lucha violenta. Entonces, esa fuerza de la opinión se va descomponiendo hasta formar las guerrillas, esto es la guerra revolucionaria tal cual se la practica hoy en casi todos los países latinoamericanos...


Esta es la vieja guerra de la patria y el pueblo


...que tampoco es porque sale de Dios grande y misericordioso, sino que ésta es una cosa...


La guerrilla de la independencia y la guerrilla montonera


...preparada, organizada y armonizada. ¿Por qué? Porque el problema es común...


La guerrilla de las organizaciones armadas peronistas


...se le llama la guerra revolucionaria, ¿por qué? Porque se está haciendo una guerra de guerrillas para una liberación de los países y para una liberación de los pueblos. Entonces es revolucionaria...


Guerra integral. La guerra por todos los medios, en todo momento y en todo lugar


General, sería interesante, y dado que usted nos ha hablado de la guerra revolucionaria, que nos aclarara si se trata de una guerra integral o si es aquel concepto que también ha expresado, de "nación en armas".

Bien, cuando se habla de nación en armas se está hablando de la guerra internacional, es decir, de situaciones estratégicas que enfrentan a dos naciones, que se movilizan total y absolutamente para enfrentar esa situación de guerra. De manera que dentro del concepto convencional de la guerra, esa lucha se refiere a la lucha internacional. No se puede aplicar eso porque un pueblo se levante, que se levanta en una guerra interna, eso no puede ser una nación en armas, porque al decir "nación en armas" uno está indicando el concepto de nación y aquí no es el concepto de nación, es el concepto de pueblo. En cambio la guerra revolucionaria que realiza un pueblo en la situación en que nosotros estamos, bueno, puede llamarse guerra integral. Guerra integral, porque se hace por todos los medios, en todo momento y en todo lugar. Es decir, cada uno de los que forman esa fuerza popular que está en lucha, desde la mañana a la noche, él hace en cada lugar y en cada momento su acción de guerra, su lucha. Es decir, buscando dañar siempre al enemigo cualquiera sea la situación en que él se encuentre. Esto da lugar a que se empleen todos los sistemas y métodos para realizar esa lucha. Por eso puede ser una guerra integral, pero claro, no en el concepto convencional de la nación en armas, que es una cuestión que se refiere a la guerra internacional.

Es decir, ¿es la valorización política y militar de todas las acciones?

Exacto, exacto, pero dentro del marco reducido de la lucha popular.


Dieciséis años de guerra popular


Claro, aunque también dada la situación estratégica de la Argentina y de que el gobierno que detenta el poder responde a intereses imperialistas, es también una lucha nacional contra un enemigo externo... Sí, bueno, pero se realiza en un terreno totalmente distinto, en un ámbito también distinto y con fuerzas también distintas. Es decir, no se le puede aplicar, sino por extensión, quizás, el concepto de guerra integral; pero realmente el problema no responde a la calificación de la que convencionalmente se llama la "nación en armas". Es una lucha, naturalmente, todas las luchas representan la mismo. Son voluntades contrapuestas que emplean los medios a su alcance para imponer su propia voluntad. Para imponer la voluntad de acuerdo a los cánones, diremos así, de la guerra misma, de la lucha, hay que desarmar al enemigo y tenerlo a distinta posición para que él haga lo que nosotros queremos; ésa es la única manera de llegar a una decisión. Para eso, se emplean la lucha activa y todos los demás medios de lucha: desde la acción insidiosa de todos los días, hasta el enfrentamiento activo cuando no hay más remedio. Y eso es lo que caracteriza a este tipo de lucha popular. Nosotros estamos en lucha hace dieciséis años y hemos empleado todos los medios. Desde cuando hemos podido, la lucha incruenta por medios habilidosos, hasta cuando hemos tenido enfrente a la violencia, también hemos empleado, a menudo, la violencia...

Como usted decía, general, han sido los gorilas quienes iniciaron la lucha cruenta en la Argentina...

Es claro...

¿Con el bombardeo de Plaza de Mayo el16 de junio...?

Sí...y después por todos los métodos represivos que han empleado contra el pueblo. Esto, indudablemente, no son acciones, diremos así, incruentas, son acciones cruentas, matan gente, emplean la violencia en todas sus formas, y la violencia no se puede vencer sino con otra violencia mayor, y en la lucha los bandos contrapuestos tratan de emplear la violencia cuando los otros medios son ineficaces...


Dieciséis años de guerra integral


En cambio la guerra revolucionaria que realiza un pueblo, en la situación en que nosotros estamos, puede llamarse guerra integral. Guerra integral porque se hace por todos los medios, en todo momento y en todo lugar, es decir, cada uno de los que forman esa fuerza popular, que está en lucha, de la mañana a la noche, hace en cada lugar y en cada momento, su acción de guerra, su lucha...


Todas las acciones son útiles y necesarias cuando se las valora y se las coordina política y militarmente


Es decir... buscando dañar siempre al enemigo en cualquiera sea la situación en que él se encuentre. Esto da lugar a que se empleen todos los sistemas y métodos para realizar esa lucha.


Para vencer hay que desarmar al enemigo


...Para imponer la voluntad de acuerdo a los cánones, diremos así, de la guerra misma, de la lucha, hay que desarmar al enemigo y tenerlo a disposición para que él haga lo que nosotros queremos. Esa es la única manera de llegar a una decisión. Para eso se emplean la lucha activa y todos los demás medios de lucha, desde la acción insidiosa de todos los días hasta el enfrentamiento activo cuando no hay más remedio y eso es lo que caracteriza a este tipo de lucha popular.


Lucha política y lucha popular; lucha ideológica y lucha militar


...nosotros estamos en lucha hace dieciséis años y hemos empleado todos los medios, desde (cuando hemos podido) la lucha incruenta por medios habilidosos, etc., hasta cuando hemos tenido enfrente a la violencia, también hemos empleado, a menudo, la violencia...

Luchamos por el gobierno y por el poder, construyamos nuestro poder de decisión.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL PERONISMO SERÁ REVOLUCIONARIO O NO SERÁ NADA


por Eva Perón


En mi país lo que estaba por hacer era nada menos que una Revolución.

Cuando la "cosa por hacer" es una Revolución entonces el grupo de hombres capaces de recorrer ese camino hasta el fin se reduce a veces al extremo de desaparecer.

Muchas revoluciones han sido iniciadas aquí y en todos los países de] mundo. Pero una Revolución es siempre un camino nuevo cuyo recorrido es difícil y no está hecho sino para quienes sienten la atracción irresistible de las empresas arriesgadas.

Por eso fracasaron y fracasan todos los días revoluciones deseadas por el pueblo y aun realizadas con su apoyo total.

Un día me dijeron que era demasiado peronista para que pudiese encabezar un movimiento de las mujeres de mi Patria. Pensé muchas veces en eso y aunque de inmediato sentí que no era verdad, traté durante algún tiempo de llegar a saber por qué no era ni lógico ni razonable.

Ahora creo que puedo dar mis conclusiones.

Sí, soy peronista., fanáticamente peronista.

Demasiado no, demasiado sería si el peronismo no fuese como es, la causa de un hombre que por identificarse con la causa de todo un pueblo tiene un valor infinito. Y ante una cosa infinita no puede levantarse la palabra demasiado.

Perón dice que soy demasiado peronista porque él no puede medir su propia grandeza con la vara de su humildad.

Los otros, los que piensan, sin decírmelo, que soy demasiado peronista, ésos pertenecen a la categoría de los "hombres comunes". ¡Y no merecen respuesta!

Unos pocos días al año, represento el papel de Eva Perón; y en ese papel creo que me desempeño cada vez mejor, pues no me parece difícil ni desagradable.

La inmensa mayoría de los días soy en cambio Evita, puente tendido entre las esperanzas del pueblo y las manos realizadores de Perón, primera peronista argentina, y éste sí que me resulta papel difícil, y en el que nunca estoy totalmente contenta de mi.

De Eva Perón no interesa que hablemos.

Lo que ella hace aparece demasiado profusamente en los diarios y revistas de todas partes.

En cambio, si interesa que hablemos de "Evita"; y no porque sienta ninguna vanidad en serlo sino porque quien comprenda a "Evita" tal vez encuentre luego fácilmente com

prensible a sus "descamisados", el pueblo mismo, y ése nunca se sentirá más de lo que es ... ¡nunca se convertirá por lo tanto en oligarca, que es lo peor que puede sucederle a un peronista!

Yo sé que cuando ellos me critican a mí en el movimiento, lo que en el fondo les duele es la Revolución.

Perón y Perón cumplirán con su pueblo.

Mientras eso pueda ocurrir, ellos no volverán.

Por eso tratan de destruirme.

Saben también que no trabajo para mí, no me verán jamás buscando una ventaja personal y eso los excita.

Desearían verme caer en el egoísmo y en la ambición, para demostrar así al pueblo que en el pueblo me busqué a mí misma.

Saben que así podrían separarme del pueblo. No entienden que yo en mis afanes no busco otra cosa que el triunfo de Perón y de su causa por ser el triunfo del pueblo mismo.

Ni siquiera cuando me acerco a los que trabajan o a los que sufren lo hago buscando una satisfacción egoísta de quien hace algún sacrificio personal.

Yo me esfuerzo todos los días por eliminar de mi alma toda actitud sentimental frente a los que me piden.

No quiero tener vergüenza de mí ante ellos. Voy a mi trabajo cumpliendo mi deber y a dar satisfacción a la justicia.

Nada de lirismo ni de charlatanerías, ni de comedias nada de poses ni de romances.

Ni cuando entro en contacto con los más necesitados podrá decir nadie que juego a la dama caritativa que abandona su bienestar por un momento para figurarse que cumple una obra de misericordia.

Del mismo Perón, que siempre suele decir: "el amor es lo único que construye% he aprendido lo que es una obra de amor y cómo debe cumplirse.

El amor no es -según la lección que yo aprendí- ni sentimentalería romántica, ni pretexto literario.

El amor es darse; y "darse" es dar la propia vida.

Mientras no se da la propia vida cualquier cosa que uno dé es justicia. Cuando se empieza a dar la propia vida entonces recién se está haciendo una obra de amor.

Para mí por eso descamisado es el que se siente pueblo. Lo importante es eso; que se sienta pueblo y ame y sufra y goce como pueblo, aunque no- vista como pueblo, que esto es lo accidental.

Un oligarca venido a menos podrá ser materialmente descamisado pero no será un descamisado auténtico.

Aquí también me declaro enemiga de las formas según lo establece la doctrina peronista.

Para mí, los obreros son por eso, en primer lugar, descamisados: ellos estuvieron todos en la Plaza de Mayo aquella noche. Muchos estuvieron materialmente; todos estuvieron espiritualmente presentes.

No todos los descamisados son obreros, pero, para mí, todo obrero es un descamisado; y yo no olvidaré jamás que a cada descamisado le debo un poco de la vida de Perón.

En segundo lugar, ellos son parte integrante del pueblo; de ese pueblo cuya causa ganó mi corazón desde hace muchos años.

Y en tercer lugar, son las fuerzas poderosas que sostienen el andamiaje sobre cuyo esqueleto se levanta el edificio mismo de la Revolución.

El- movimiento Peronista no podría definirse sin ellos.

Soy sectaria, sí. No lo niego; y ya lo he dicho. Pero ¿podrá negar alguien ese derecho? ¿Podrá negarse a los trabajadores el humilde privilegio de que yo esté más con ellos que con sus patrones?

¿Si cuando yo busqué amparo en mi amargo calvario de 1945, ellos, solamente ellos, me abrieron las puertas y me tendieron una mano amiga?

Mi sectarismo es además un desagravio y una reparación. Durante un siglo los privilegiados fueron los explotadores de la clase obrera. ¡Hace falta que eso sea equilibrado con otro siglo en que los privilegiados sean los trabajadores!

Cuando pase este siglo creo que recién habrá llegado el momento de tratar cm la misma medida a los obreros que a los patrones, aunque sospecho que ya para entonces el Justicialismo habrá conseguido su ideal de una sola clase de hombres, los que trabajan.

Un poco es la subconsciencia culpable que no los quiere dejar ver bien y a fondo la realidad total.

Y otro poco es por aquello que dije de la misma pobreza que se esconde.

Los desprevenidos visitantes que pasean por allí verán ranchos de paja y barro, casillas de latón, algunas macetas de flores y algunas plantas, oirán algún canto más o menos alegre, el bullicio de los chicos jugando en los baldíos ... y acaso se les ocurrirá pensar que todo eso es poético y tal vez romántico. ,

Por lo menos frecuentemente he oído decir que se trata de barrios "pintorescos"

Y esto me ha parecido la expresión más sórdida y perversa del egoísmo de los ricos.

¡Pintoresco es para ellos que hombres y mujeres, ancianos y niños, familias enteras deban habitar unas viviendas peores que los sepulcros de cualquier rico, medianamente rico!

Ellos no ven jamás, por ejemplo, qué ocurre allí cuando llega la noche.

Allí donde cuando hay cama no suele haber colchones, o viceversa; 0 ¡donde simplemente hay una sola cama para todos...! ¡Y todos suelen ser siete u ocho o más personas: padres, hijos, abuelos...!

Los pisos de los ranchos, casillas y conventillos suelen ser de tierra limpia.

¡Por los techos suelen filtrarse la lluvia y el frío...! ¡No solamente la luz de las estrellas, que esto sería lo poético y lo romántico!

Allí nacen los hijos y con ellos se agrega a la familia un problema que empieza a crecer.

Los ricos todavía creen que cada hijo trae, según un viejo proverbio, su pan debajo del brazo; y que donde comen tres bocas hay también para cuatro. ¡Cómo se ve que nunca han visto de cerca a la pobreza!

El mundo tiene riqueza disponible como para que todos los hombres sean ricos.

Cuando se haga justicia no habrá ningún pobre, por lo menos entre quienes no quieren serlo...

¡Por eso soy justicialista...

Por eso no tengo miedo de que los niños de mis hogares se acostumbren a vivir como ricos, con tal de que conserven el alma que trajeron: ¡alma de pobres, humilde y limpia, sencilla y alegre...!

En lo que las obras son mías es en el sello de indignación ante la injusticia de un siglo amargo para los pobres.

Dicen por eso que soy una "resentida social".

Y tienen razón mis "súper críticos". Soy una resentida social. Pero mi resentimiento no es el que ellos creen.

Ellos creen que. se llega al resentimiento únicamente por el camino del odio ... Yo he llegado a ese mismo lugar por el camino del amor.

Y no es un juego de palabras. No.

Yo lucho contra todo privilegio de poder o de dinero. Vale decir contra toda oligarquía, no porque la oligarquía me haya tratado mal alguna vez.

... ¡Por el contrario! Hasta llegar al lugar que ocupo en el, movimiento Peronista yo no le debla más que "atenciones". Incluso algún grupo representativo de damas oligarcas me invitó a integrar sus altos círculos.

Mi "resentimiento social" no me viene de ningún odio. Sino del amor: del amor por mi pueblo cuyo dolor ha abierto para siempre las puertas de mi corazón.

Además yo he sido siempre desordenada en mi manera de hacer las cosas; me gusta el "desorden" como si el desorden fuese mi medio normal de vida. Creo que nací para la Revolución. He vivido siempre en libertad. Como los pájaros, siempre me gustó el aire libre del bosque. Ni siquiera he podido tolerar esa cierta esclavitud que es la vida en la casa paterna, o la vida -en el pueblo natal... Muy temprano en mi vida dejé mi hogar y mi pueblo, y desde entonces siempre he sido libre. He querido vivir por mi cuenta y he vivido por mi cuenta.

Por eso no podré ser jamás funcionario, que es atarse a un sistema, encadenarse a la gran máquina del Estado y cumplir allí todos los días una función determinada.

No. Yo quiero seguir siendo pájaro suelto en el bosque inmenso.

Me gusta la libertad como le gusta al pueblo, y en eso como en ninguna otra cosa me reconozco pueblo.

No importa que ladren.,

Cada vez que ellos ladran nosotros triunfamos.

¡Lo malo seria que nos aplaudiesen! En esto muchas veces se ve todavía que algunos de los nuestros conservan viejos prejuicios.

Suelen decir por ejemplo:

No se dan cuenta de que aquí, en nuestro país, decir -oposición" significa todavía decir "oligarquía”... Y eso vale como si dijésemos "enemigos del pueblo".


Si ellos están de acuerdo, ¡cuidado!, con eso no debe estar de acuerdo el pueblo.

Desearía que cada peronista se grabase este concepto en lo más íntimo del alma; porque eso es fundamental para el movimiento.

¡Nada de la oligarquía puede ser bueno!

No digo que puede haber algún "oligarca" que haga alguna cosa buena... Es difícil que eso ocurra, pero si ocurriera creo que sería por equivocación. ¡Convendría avisarle que se está haciendo peronista!

Y conste que cuando hablo de oligarquía me refiero a todos los que en 1946 se opusieron a Perón: conservadores, radicales, socialistas y comunistas. Todos votaron por la Argentina del viejo régimen oligárquico, entregador y vendepatria.

De ese pecado no se redimirán jamás.

La Razón de mi Vida.

La historia es también creación de los pueblos, porque si los pueblos sin conductores casi no avanzan en la historia, tampoco la historia avanza nunca sin grandes pueblos, aunque tengan grandes conductores,, porque éstos sucumben por falta de colaboración, a veces por cobardía y a veces por incomprensión.

Nosotros hemos encontrado al "hombre"; no tenemos ya más que un solo problema: que cuando el hombre se vaya, como dice nuestro Líder, la doctrina quede, para que sea la bandera de todo el pueblo argentino.

No ha de ser la aspiración del pueblo argentino -y sobre todo la nuestra de peronista, a quienes me dirijo al hablar en esta clase- la de trabajar con ropa hecha.

Nosotros queremos una obra de arte, y las obras de arte no se venden en serie, sino que son obras de un artista que las ha creado. Por lo tanto, no se pueden comprar al por mayor ni fabricarlas todos los días.

Los críticos de la historia dicen que no se puede escribir la historia ni hablar de ella sise lo hace con fanatismo, y que nadie puede ser historiador sí se deja dominar por la pasión fervorosa de una causa determinada. Por eso yo me excluyo de antemano. Yo no quiero, en realidad, hacer historia, aunque la materia se llame así. Yo no podría renegar jamás de mi fanatismo apasionado por la causa de Perón.

Ustedes habrán visto que Eva Perón jamás ha hecho una cuestión personal.

Y como se que es desgraciado aquel no se equivoca nunca porque no hace nada, cuando me he equivocado he reconocido inmediatamente el error y me he retirado, para que no fuera a ser yo la causa de un error que pudiera perjudicar al movimiento. Así deben ser ustedes, honrados para reconocer cuando se equivocan, y honrados y valientes para hacer llegar, en cualquier momento, a todos los peronistas, la voz sincera, valiente y doctrinaria de nuestra causa. Ha de ser grande la causa del General, cuando nosotros, en lugar de someternos y conformarnos con los viejos "comités% escuchando la voz del Líder, formamos unidades básicas de la Nueva Argentina en la vida política, tanto en lo que se refiere a los compañeros como a las compañeras. Pero no nos conformamos con eso los peronistas, porque el general Perón es hombre, de creaciones y realizaciones. Es por eso que se ha creado esta Escuela Superior Peronista, para establecer mentes, para que conozcan, sientan y comprendan más aún, si es posible, esta doctrina, de la cual algunos de ustedes serán los realizadores, y otros, como dijo nuestro querido Presiden-te y Líder, los predicadores, que irán por todos los caminos polvorientos de la Patria diseminando las verdades de esta Nueva Argentina y de un genio al que debemos aprovechar.

No se olviden que -según dijo Napoleón- los genios son un meteoro que se quema para iluminar un siglo.

En medio de este mundo lleno de sombras en que se levanta esta voz justicialista que es el peronismo, pareciera que la palabra justicialista asusta a muchos hombres que levan-tan tribunas como defensores del pueblo, mucho más que el comunismo. Yo pensaba en estos días, en una conferencia que me tocó presidir, si el mundo querrá de verdad la felicidad de la humanidad o sólo aspira a hacerle la jugada un poco carnavalesca y sangrienta de utilizar la bandera del bien para satisfacer intereses mezquinos y subalternos. Nosotros tenemos que pensar, y llamar un poco a la reflexión a la humanidad sobre todo a los hombres que tienen la responsabilidad de dirigir a los pueblos. A mi juicio el carnaval no dura más que tres días al año, y por lo tanto, es necesario que nos quitemos la careta y que miremos bien la realidad, no cerrando los ojos a ella, y que la

veamos con los ojos con que la ve Perón, con los ojos del amor, de la solidaridad y de la fraternidad, que es lo único que puede construir una humanidad feliz. Para eso es necesario que no repitamos la sangrienta payasada que le han hecho los "defensores" del pueblo a los trabajadores. Por ejemplo, durante 30 años se han erigido en defensores de ellos y han estado siguiendo a un capitalismo cruento, sin patria ni bandera; cuando una mujer de América levanta la voz para decir la palabra justicialista, se escandalizan como si hubieran pronunciado la peor de las ofensas que se pueda decir.

Cuando miro a Perón me siento pueblo, y por eso soy fanática del General; y cuando miro al pueblo me siento esposa del General, y entonces soy fanática del pueblo.

El movimiento popular de los descamisados del 17 de octubre no es grande sólo por si mismo, sino también por sus consecuencias.

Desde ese día el pueblo tiene conciencia de su valer y de su fuerza.

Sabe que él puede imponer su voluntad soberana en cualquier momento, siempre que mantenga organizados los cuadros de sus agrupaciones sindicales. Porque esa es la única fuerza con que el pueblo argentino podrá mantener su soberanía frente a cualquier eventualidad.

Porque Perón habla realizado la revolución por causas que no son las que perseguían otros compañeros suyos.

Los demás creían que las causas de la revolución eran el fraude y la inmoralidad en la administración pública, y los círculos políticos que no se ocupaban del país, sino de seguir en el gobierno a cualquier precio y a cualquier costa.

Perón veía más allá.

Si todo hubiese consistido solamente en eso, la revolución habría cumplido con el pueblo en muy poco tiempo. Con una simple reforma política se arreglaba todo.

Pero eso era mirar el problema muy superficialmente, pues si bien era un problema fundamental el fraude cm que se habla engañado al pueblo por tanto tiempo; si bien era un problema serio para los gobiernos anteriores la inmoralidad administrativa, el problema más serio -y aun el más agraviante para el pueblo- era la explotación del hombre por el hombre y, por otra parte, la entrega constante de la Patria a la potencia extranjera que pagara más.

Pero, para desgracia de los argentinos, no sólo se vendía la Patria; se rendía pleitesía a las potencias con el solo fin de tener amigos importantes en el extranjero.'

Eso era más fundamental.

¿Por qué tenemos los justicialistas tan fervorosa admiración, respeto y cariño por los pueblos, cualquiera sea su raza, su credo, su bandera?

Por varias razones, todas muy sencillas: porque los pueblos tienen el sentido innato de la justicia.

Por eso Perón sostiene que, para suprimir las guerras injustas, los gobiernos deben consultar a sus pueblos.

Si se consultase al pueblo no habría guerras porque casi todas son injustas.

Nosotros, los justicialistas, no estamos en contra de las guerras cuando se pelea por la justicia. Pero, desgraciadamente, en este mundo muy poco o nada se ha peleado por la justicia.

Se ha peleado siempre por intereses económicos, y muchas veces por imperialismos que son ajenos a nosotros, ya que solamente nos interesa la justicia de los pueblos.

Los pueblos llevan en sí mismos, todos sin excepción, sentimientos de generosidad, de amor, de altruismo, de solidaridad. De ahí el éxito que tienen, en los pueblos, las doctrinas generosas.

Muchas veces me han oído hablar de Perón en estas clases. Yo sé que he tenido que hacer sufrir al General en su humildad, diciendo en su presencia cosas que dirán de él cien generaciones de argentinos, bendiciendo su nombre.

Me he anticipado a la historia, nada más, y he interpretado a nuestro gran pueblo argentino, a los humildes.

He llegado a decir que Perón es el compendio maravilloso de las mejores y más altas virtudes que han adornado el alma de todos los genios que ha tenido la humanidad.

Tal vez alguien haya pensado que eran exageraciones, producto de mi fanatismo -y eso entre nosotros-, porque los de afuera dirán que estoy a punto de perder el equilibrio, o que estoy completamente desequilibrada. Si el sabio no aprueba, malo; pero si el necio aprueba, peor. Así es que, cuanto más me combaten o nos combaten, más seguro estamos de ir por la senda del bien y caminando hacia un futuro mejor.

Soy joven y con un marido maravilloso, respetado, admirado y amado por su pueblo. Me hallo en la mejor de las situaciones.

Ese es el camino fácil, el de macadam.

Yo quiero la selva y la incógnita.

¿Saben por qué? Porque la selva y la incógnita es defender a la Nación, aunque nosotros caigamos. Podrán borrar al General y a mí, pero no podrán borrar con el tiempo el hecho de que, pudiendo elegir el camino fácil y la puerta -ancha de la historia, elegimos la selva para abrir horizontes y caminos con un afán extraordinario de unidad nacional.

Sobre todo el de los peronistas, que es el de la mayoría del pueblo, quemando nuestras vidas, dejándola a diario a jirones de trabajo, de esfuerzo, de sacrificio y de amarguras.

Es que creo que solamente con fanáticos triunfan los ideales, con fanáticos que piensen y que tengan la valentía de hablar en cualquier momento y en cualquier circunstancia que se presente, porque el ideal vale más que la vida, y mientras no se ha dado todo por un ideal, no se ha dado nada.

Y todo es la vida misma.

Demasiado intrascendente y mediocre sería vivir la vida si no se la viviese por un ideal.

Los hombres de nuestro tiempo, más que los de todos los tiempos de la historia, necesitan quien les señale el camino; pero exigen que quien los quiera conducir tenga algo más que buenas y grandes ideas.

Necesitan de un conductor extraordinario.

Los hombres de este siglo, tal vez por habérselos engañado tanto, necesitan de genios para creer, porque entonces ellos verán por los ojos de su conductor y maestro, oirán por los oídos de él y hablarán por sus labios.

Y así expresaremos al mundo una verdad justicialista, y muchas generaciones, no ya de argentinos, sino de hombres de todas las latitudes, nos bendecirán por haber tenido nosotros la valentía de acompañar a un hombre que ha nacido en este pedazo de tierra argentina.