lunes, 23 de mayo de 2011

Distintas posiciones entre el Partido Socialista y el Partido Comunista.


por Salvador Allende

Todo el mundo sabe que soy fundador del Partido Socialista; es decir, un hombre que ha militado en él desde que el Partido comenzara a caminar por su esfuerzo en la provincia de Valparaíso. Jamás ha sido mi deseo el que no se me confunda. No caben confusiones, pero sí malas intenciones, es un hecho absolutamente claro y categórico: soy socialista, he sido y seré socialista.
Lo que pasa es que hay el propósito y la intención de hacer aparecer este movimiento como un movimiento comunista o manejado por comunistas, haciendo creer que el Partido Comunista tiene hegemonía en el movimiento popular, hecho absolutamente falso.
Por eso es que primero se ha creado una imagen deformada del comunismo; después la suposición intencionada de que soy el candidato comunista, de un comunismo desvirtuado absolutamente.
Desde luego, el Partido Socialista nació en Chile hace treinta y un años como consecuencia de una realidad social evidente, que permitió aglutinar amplios sectores, sobre todo obreros, campesinos y clases medias en un movimiento típicamente nacional desvinculado de todo compromiso internacional y orientado esencialmente a luchar por hacer posible que el pueblo conquistara para Chile su independencia económica y la justicia social.
Entonces, como primera diferencia puede señalar esto, porque hasta el año 1943 el Partido Comunista chileno, al igual que todos los partidos comunistas, formaban parte de la Tercera Internacional. Disuelta ésta en esa misma época, se creó posteriormente una Oficina Informativa, el
COMINFORM y posteriormente, disuelta ésta hace once años, los partidos comunistas tienen una vinculación que es la aceptar un compromiso que se ha firmado entre los 81 partidos comunistas del mundo. Entonces, hay entre el Partido Socialista y el Partido Comunista una evidente y clara distinción que nace de su origen y que se proyecta a lo largo de toda su acción política en el campo internacional.
En el campo nacional ha habido discrepancias, puntos de vista antagónicos. El proceso social ha ido limando las viejas y duras querellas que hubo entre ambos partidos y que han sido hechos públicos. Hoy podemos decir que, sin perder la personalidad que caracteriza a ambas agrupaciones, hemos coincidido en puntos esenciales al servicio de Chile y la mayoría nacional.
Sin embargo, todo Chile sabe que el Partido Socialista planteaba como táctica y estrategia el Frente de Trabajadores, mientras que el Partido
Comunista planteaba el Frente de Liberación Nacional. De todas maneras estos pensamientos, esta actitud, esta concepción, esta interpretación de la necesidad de una táctica distinta, pertenece de hecho al pasado en función de que ambos partidos han coincidido en aceptar el programa del Frente de Acción Popular, del Gobierno Popular que no son, como reiteradamente lo he dicho, ni socialistas ni comunistas, y que constituye el pronunciamiento de miles de chilenos independientes, además de los seis partidos que forman el Frente de Acción Popular.
Por otra parte, el país sabe que se publicaron extensas notas, un pensamiento diferente, para apreciar el conflicto chino-soviético; las cartas cambiadas entre el Secretario General del Partido Socialista, Senador Ampuero y el Secretario General del Partido Comunista, Senador Luis Corvalán, señalan posiciones que creo innecesario entrar a detallar. Con estos antecedentes creo que, por ahora, basta como respuesta.


En revista Arauco N° 55, Santiago de Chile, 1964, p. 22.

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