lunes, 25 de abril de 2011

ENTREVISTA PARA MEXICO AL DIA

por León Trotsky

16 de agosto de 1937[1]

¿Ha leído Ud. el artículo publicado el 10 de agosto por El Universal Gráfico, en la página 9?. Trata de los motivos de su oposición al Comité Central del Partido Comunista. ¿Podría decirnos algo sobre cuáles fueron las verdaderas razones de vuestras divergencias con Stalin?

Mi lucha contra Stalin tenía profundas raíces sociales. La revolución de Octubre se realizó en favor de las masas trabajadoras contra todos los privilegios. Sin embargo, debido a las causas históricas que no podemos discutir aquí, una nueva casta privilegiada, la todopoderosa burocracia soviética, se elevó por encima de las masas obreras y campesinos. Stalin es su jefe. Los que se llaman a sí mismos “trotskistas” luchan por los intereses de las masas trabajadoras contra los nuevos explotadores. Si la dominación de la burocracia se estableciera definitivamente, todas las conquistas de la revolución de Octubre serían aniquiladas. Por el contrario, si las masas trabajadoras lograsen derribar a la casta dirigente, el país podría conocer un desarrollo socialista. En consecuencia, es una lucha irreconciliable. Su resultado final depende de factores que son a la vez nacionales e internacionales.

¿Qué piensa sobre la nueva Constitución soviética? Según vuestra opinión, ¿hasta dónde ha seguido Stalin los lineamientos indicados por Lenin?
La nueva Constitución de la URSS constituye un intento de consolidar en el terreno jurídico la dominación incontrolable de la camarilla dirigente y de su Führer. La Constitución tiene un carácter bonapartista en la medida en que trata de ocultar un poder personal sin límites mediante una parodia plebiscitaria.

Según vuestra opinión, ¿cuál es el futuro del Estado soviético, y cuáles son los peligros que lo amenazan?

Ya hemos hablado de los peligros internos. Los peligros externos están ligados con la amenaza de guerra. En su lucha incansable contra el pueblo, la burocracia soviética debilita la defensa del país. Esto fue en parte probado por la reciente y vergonzosa capitulación de Moscú frente a Japón sobre la cuestión de las islas del Amor. La liquidación de la dictadura stalinista está igualmente dictada imperativamente por las necesidades de la defensa del país.

Se dice que Ud. está escribiendo sus memorias. ¿Será este libro una ampliación o una continuación de vuestra obra Mi Vida?

Terminé mi libro sobre los procesos de Moscú, titulado Los crímenes de Stalin. Ahora empecé a trabajar en la biografía de Lenin.

¿Está Ud. satisfecho, no sólo políticamente sino sobre todo como hombre, de vuestra situación en el mundo, dicho de otra manera, abandonaría la política, por circunstancias particulares, y estaría dispuesto a gozar, como hombre común y no como hombre político, de lo que la vida pueda ofrecerle en un modesto retiro?

Pensar es la única satisfacción total que posee el hombre. El trabajo intelectual depende relativamente poco de las circunstancias exteriores. Si se tienen libros, papel y una pluma, no es necesario nada más para formular sus propias experiencias vitales, o las de otros, y para participar así en la preparación del futuro. También sería falso decir que me he retirado de la política. No participo en la vida política corriente; en particular, no intervengo en la vida interna de este país que me ha ofrecido tan magnánimamente su hospitalidad. Pero mi actividad literaria, ya sea la consagrada a la teoría o a la historia, tuvo siempre en vista el destino de la humanidad y tratar de ayudar a la emancipación de los obreros de todas las maneras posibles. En este amplio sentido de la palabra, toda mi actividad tiene un carácter político.
Durante mis cuarenta años de lucha revolucionaria, estuve en el poder durante siete años a lo sumo. No era más feliz que en la actualidad. Del mismo modo, no vi ninguna razón para considerar mi exilio como una desgracia personal. El exilio estuvo condicionado por la lucha revolucionaria y, en ese sentido, era un eslabón natural, lógico, en mi vida.

¿Cómo es su vida actual? ¿Cuál es esencialmente su actividad? ¿Está satisfecho con su estadía en México? ¿Considera Ud. que el hombre, como ser humano, le interesa al público tanto como la política?

Mi vida actual apenas se distingue de la que llevaba en el Kremlin; está totalmente consagrada al trabajo. Les he hablado ya del carácter de este trabajo, en sus aspectos esenciales. Estoy muy satisfecho con las condiciones de mi estadía en México. Es verdad que los agentes de Stalin -no es necesario nombrarlos- hacen lo posible también aquí, por enturbiarla. Pero una larga experiencia me ha enseñado a considerarlos con indiferencia, con un ligero toque de desprecio.
Para terminar, déjeme decirle que una parte considerable de mi tiempo está consagrada a cooperar con el trabajo de la Comisión Internacional de Investigación sobre los procesos de Moscú. Puse a disposición de la Comisión varios centenares de documentos originales, en su mayoría cartas, y más de un centenar de testimonios. Las sesiones plenarias de la Comisión comenzarán el 17 de septiembre. El trabajo de las subcomisiones de Nueva York y París continúa sin cesar: la verificación de los documentos, el examen de los testimonios, etc. A pesar de las calumnias de los mercenarios de Stalin, tanto la subcomisión como la comisión no está compuesta solamente por “trotskistas” sino también por muchos individuos que son sus adversarios políticos. Naturalmente, no son agentes de la G.P.U. sino gente honesta, irreprochable. Agregaré que la comisión no ha dejado de invitar y de reiterar sus invitaciones a los representantes del gobierno de Moscú, a la Comintern, a los “Amigos de la Unión Soviética”. Todos estos cobardes se han negado a participar para tener un pretexto para acusar a la comisión de parcialidad.
A comienzos de septiembre, el informe estenográfico (600 páginas) de las audiencias de la subcomisión de investigación en Coyoacán será publicado en Nueva York. Luego vendrá un segundo volumen que abarcará a todos los documentos presentados a la comisión[2]. La comisión internacional de investigación tendrá así la posibilidad de sacar sus conclusiones sobre un cimiento sólido de hechos estrictamente verificados. No tengo dudas que el juicio de la comisión y de la opinión pública mundial será un golpe fatal para la burocracia stalinista y sus “amigos”.
El hecho de estar convencido de la justeza de su posición y de luchar por el triunfo de la verdad sobre las mentiras y las falsificaciones le da al ser humano la mayor satisfacción posible. Estoy lleno de reconocimiento hacia el pueblo mexicano y su gobierno, que me han dado la posibilidad, en un período crítico de mi vida, de continuar sin obstáculos mi lucha contra la más monstruosa de las imposturas judiciales.

NOTAS

[1] Traducido del francés de la versión publicada en Oeuvres, Tomo 14, pág. 289, editadas por el Instituto León Trotsky de Francia.
[2] Tal empresa era difícilmente realizable, dado el volumen de los documentos en cuestión. El segundo libro fue el informe de la comisión mencionando sobre todo los extractos. Fue publicado con el título de No culpable.

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