Señores congresistas:
En el año 1970 se ha cumplido un cuarto de siglo de la revolución justicialista. Veinticinco años de lucha por la liberación nacional y por la soberanía del pueblo argentino. El Movimiento Nacional Justicialista, empeñado hoy como siempre en una Argentina Justa, Libre y Soberana, hace llegar por mi intermedio un saludo fraternal a todos los asistentes al V Congreso del Partido Socialista de la Izquierda Nacional.
Dice más adelante el general Perón: “No sé si habremos elegido el mejor camino. Pero la Historia que hemos vivido ha dejado enarboladas nuestras banderas de la Justicia Social, de la Independencia Económica y de la Soberanía Política, que ya difícilmente podrán ser arriadas en el corazón del pueblo argentino”.
“Diez años de gobierno y quince de proscripción han dejado tras nosotros las muestras más elocuentes de lo que ha sido y es el Movimiento Justicialista, ideológicamente y doctrinariamente considerado. Muchos de los que están aquí han vivido estos tiempos, o parte de ellos. Estaría de más que yo me extendiera en esas consideraciones, pero no ha de estarlo si intento acercar parte de la inmensa experiencia recogida”.
Se extiende, a continuación, en consideraciones acerca de la situación en que se encontraba el país en 1945: “La reacción ha sostenido que la prosperidad y la felicidad de los diez años justicialistas se han debido a una etapa propicia de la posguerra. Ninguna falacia es mayor que ésta. Nosotros en 1946 recibimos un país en casi las mismas condiciones en que hoy se encuentra: dominado y explotado por el poder imperialista, con una deuda externa semejante a la de hoy, sin reservas financieras, con servicios financieros en divisas para pagar a las metrópolis de más de mil millones de dólares anuales y una balanza de pago permanentemente negativa como consecuencia de no haber el menor control de la exportación. Todo ello era lo que debía pagar el pueblo argentino para poder seguir siendo la misma factoría del imperialismo que hoy ha vuelto a ser.”
Agrega más adelante el general Perón: “Lanzado el Primer Plan Quinquenal desaparecieron los 800.000 desocupados que había y los salarios subieron hasta topes superiores al costo de vida. El poder adquisitivo de la masa popular tonificó al comercio por el aumento del consumo. Esto reactivó a la industria y a la producción. Así pasamos de una economía de miseria a una economía de abundancia, en la que el 60% de lo producido correspondía a los trabajadores argentinos y el 40% a las empresas que, mediante un mayor volumen de ventas, ganaban mucho más que antes. Todo eso fue posible hacer con sólo liberar el país e impedir la explotación capitalista. Si el pueblo argentino gozó de diez años de felicidad y dignidad no fue porque la situación nos ayudaba, sino porque nosotros ayudamos a esa situación, resolviendo los problemas que mantenían al país sumergido como consecuencia del estado colonial y su desorganización, mantenida, precisamente, para ser posible el saqueo de nuestra riqueza y la explotación de nuestro trabajo”.
Continúa diciendo: “De esto se infiere la mayor experiencia en la tarea de la liberación. Un país puede liberarse dentro de su frontera, como lo hicimos nosotros durante 10 años. Pero lo que no puede hacer es consolidar esa liberación aisladamente. De ello surge la necesidad de una integración continental de todos los países que ansían liberarse, como está sucediendo en Europa, Asia, África, etc. Ya en 1949 dije con motivo del Tratado de complementación económica, que tenía como finalidad construir una comunidad económica latinoamericana, con fines de integración continental, que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados”.
“Pero han pasado los años y hoy vemos auspiciosamente surgir revoluciones libertadoras en varios países hermanos del continente. Cuba, Chile, Perú, Bolivia, etc. son dignos espejos en los que han de mirarse muchos otros latinoamericanos que luchan por la liberación. Ahora es preciso que, sin pérdida de tiempo, se unan férreamente para conformar una integración que nos lleve de una buena vez a constituir la Patria Grande que la historia está demandando desde hace casi dos siglos y por la que debemos luchar todos los que anhelamos que nuestros países dejen de ser factorías del imperialismo y tomen, de una vez, el camino de grandeza que nos corresponde por derecho propio”.
Respecto a la actual situación argentina dijo el general Perón: “Hasta 1966 el problema argentino era la amenaza del desastre que pesaba sobre el país. Desde 1966 el problema argentino es la dictadura militar que lo azota. En consecuencia, nuestra misión ha pasado a ser la lucha contra esa dictadura, por la liberación de la patria y por la soberanía del pueblo argentino”. Agrega más adelante: “El mundo actual se divide en dos bandos: los que sirven al imperialismo y los que lo combaten por la liberación de sus pueblos. Nosotros siempre hemos estado entre estos últimos, desde hace un cuarto de siglo y no vamos ahora a cambiar. Nosotros pensamos desde hace mucho en una Patria Latinoamericana unida y solidaria, pensando y trabajando por una grandeza que no se nos puede escapar si sabemos forjarla y defenderla. En nombre de ese sentimiento es que hago llegar a los hermanos latinoamericanos que asisten al V Congreso del Partido Socialista de la Izquierda Nacional nuestra bienvenida y nuestro saludo más afectuoso y solidario”.
Concluye el mensaje diciendo: “El avasallamiento de la independencia, de la libertad y de los derechos es asunto de todos los que están dispuestos a luchar por ellos contra los poderes foráneos del neocolonialismo y contra la reacción vernácula al servicio de la explotación del hombre y de la comunidad. Una juventud y una clase obrera que no entiendan esto merecen la esclavitud”.
“Hago votos por el éxito de vuestro V Congreso que será parte de un acervo que es indispensable asimilar en los días de incertidumbre y de zozobra en espera de una decisión que no puede tardar en llegar”.
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