por Eva Perón
La historia de peronismo, como todo episodio histórico, tiene sus actores, tiene sus causas y tiene su escenario. Una vez conocidos estos tres capítulos, recién podemos estudiar el desarrollo de los acontecimientos y de sus efectos en la historia. Cuando yo acepté dictar este curso en esta Escuela, creí inicialmente que sólo iba a tener que relatar los acontecimientos, cosa que no me traería ningún inconveniente dado que yo los he vivido y que también los he sufrido. ¿Qué dificultad podría tener en narrarles a ustedes todas las luchas del genera Perón, si yo, directa o indirectamente las he compartido siempre? Yo me dije: éste es mi gran tema. Pero cuando tuve que sentarme a esbozar el programa, advertí que eso no era todo y me di cuenta que no se trataba solamente de relatar los episodios de la historia del peronismo, sino de hacerla comprender, de hacerla sentir y de inculcarla, como dice el general Perón. En ese momento fue cuando comprendí que el problema no era tan simple, y menos para una mujer humilde cuyo único título es nada más que su gran voluntad y su gran amor por la causa del General y de su pueblo. Por eso me han visto ustedes andar por caminos que si no son desconocidos para mí –ya he dicho en otra oportunidad que siempre me ha gustado el tema de la historia, porque he estado buscando en él una medida que no encuentro para el general Perón y nuestro pueblo-, son caminos menos conocidos o poco frecuentados para mí. En estos años de lucha no he podido alcanzar todavía a medir la importancia que tiene nuestro pueblo, nuestro movimiento y su líder en relación con los grandes acontecimientos de la historia.