lunes, 30 de noviembre de 2009

La Virgen de Guadalupe y el destino de Iberoamérica



por Primo Siena


La que por un lado, libera de los pesos y contrapesos del pasado y por otro lado actúa una explicitación total del Evangelio en su sustancial y también formal "libertad de los hijos de Dios". Esta Revelación se proyecta con virtud creadora hacia "nuevos cielos y tierras nuevas". Tal es el sentido más profundo del Mensaje de Guadalupe


La aparición de Tepeyac

La mañana del 9 de Diciembre de 1531, primer día de la octava de la Inmaculada Concepción , un indio campesino de cincuenta y siete años, grácil y pequeño, se dirigía a pie a la iglesita de Tlatelolco donde los misioneros franciscanos administraban los sacramentos y enseñaban el catecismo a los indígenas. Al indio de ascendencia azteca, se le conocía como Cuanhtlatohuac en el idioma de los nativos, que quiere decir "el que habla como el águila", pero los franciscanos de la Nueva España lo habían bautizado con el nombre de Juan Diego en el 1524, tres años después de la conquista de México por Hernán Cortés.

Viudo después de muy poco tiempo de su bautizo cristiano, el macehualli o sea el campesino indígena, había asumido con el nuevo nombre la condición que eso comportaba con una ferviente entrega a la fe cristiana. Aquel sábado de Diciembre de 1531, como decíamos, él se apresuraba hacia el pequeño templo de su nueva fe, atravesando el árido terreno colinoso de Tepeyac donde con esfuerzo crecían acacias y cactus, cuando de repente sintió una voz dulce y misteriosa: "¡Juantzin, Juan Diegotzin! " [1] .

El campesino indio se detuvo perplejo, después se dirigió allá donde le parecía que provenía la voz; y de improviso se encontró ante la encantadora figura de una joven Señora, de piel morena y radiante de luz, que posaba sus pies sobre un cuarto de luna entre piedras preciosas, esmeraldas y turquesas. La joven Señora preguntó al indio: "¿Dónde vas, pequeño Diego?".

El indígena, inclinándose frente a aquella visión celestial, respondió: "Señora mía, mi Reina, voy por las cosas de Dios, las que nos enseñan los ministros del Señor, los frailes".

La joven Señora de la visión, continuó: "Tienes que saber, por cierto, que yo soy la perfecta y siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, de Aquel por medio del cual todo vive, el Señor de todo lo que está cercano y unido: del Cielo y de la Tierra. Deseo ardientemente que en este lugar sea construida mi pequeña Teocalli; aquí mostraré y exaltaré la grandeza de mi hijo, el verdadero Dios que se ha ofrecido a los hombres por medio de mi amor y ayuda auxiliadora” [2] .

La joven Señora apareció al indio sucesivamente en el mismo lugar, pidiéndole que se presentara al obispo de Ciudad de México, Juan de Zumárraga, para rogarle que construyera en el monte de las apariciones una capilla en honor de la Virgen María ,

Admitido a la presencia del Obispo, el indio Juan Diego, describió la visión que había tenido que era como la de una joven mujer de apenas quince años, de piel más bien morena como la de las indígenas mexicanas, pero con los rasgos de una extraordinaria belleza. En su rostro, levemente inclinado hacia el hombro derecho, resplandecía una dulce sonrisa maternal. Tenía las manos apenas juntas sobre una cinta que ceñía las caderas, dejando entrever la señal de una maternidad incipiente.

Su cabeza estaba cubierta con un velo azul bordado de estrellas de oro que le caía hasta los pies apoyados sobre un cuarto de luna acreciente. La joven Señora eclipsaba una potente luz solar que traslucía alrededor de su figura con rayos fulgurantes.

El Obispo Juan Zumárraga, escuchó la descripción que el indio le hizo y quiso una señal que confirmara sus palabras.

El día después del encuentro con el Obispo, Juan Diego no se presentó a la cita de la joven Señora porque tuvo que atender al tío Juan Bernardino que estaba enfermo y pedía la asistencia de un sacerdote cristiano. Así que, al alba del día siguiente, Juan Diego se puso en camino para ir a buscar el cura que el tío pedía, teniendo cuidado de esquivar el monte de las apariciones para no ser interrumpido en su tarea. La joven Señora se le apareció lo mismo a lo largo del nuevo camino, para comunicarle que el tío estaba ya sano. Aliviado por lo tanto de la preocupación del tío enfermo, el indio expuso a la Virgen la petición del Obispo. Entonces la interlocutora sobrenatural invitó a Juan Diego a subir al árido monte de las primeras visiones y recoger allí un ramo de flores para llevarlo al Obispo, como señal de la demanda hecha. El indio recogió las flores y las guardó en su manto (el Timatli o tilma de los indígenas mexicanos, tejido con fibras de agave); enorme fue la sorpresa del 0bispo Zumárraga cuando -abriendo el indio el manto para ofrecer las flores- sobre la tosca tela apareció grabada la imagen entera de la Santísima Virgen tal como Juan Diego la había visto en el monte de Tepeyac.

El manto del indio, con la imagen de la Virgen gradaba milagrosamente, lo tomó el Obispo y lo custodió, al principió en la capilla de la residencia episcopal, después fue trasladado a la Basílica de los Indios, construida en barroco colonial. Esta constituyó, en 1555, la primitiva iglesita levantada en la colina de Tepeyac según el deseo de la Virgen "morena"[3] .

La imagen -de una belleza in describible- todavía ahora es perfectamente visible sin ninguna señal de envejecimiento, después de cuatrocientos cincuenta años.


"Yo soy la siempre Virgen María de Guadalupe"

La crónica de este prodigioso acontecimiento intitulada en el lenguaje de los indígenas "Hincan Mopohua", añade que el tío enfermo de Juan Diego, Juan Bernardino, atestiguó al Obispo Zumárraga de haber sido milagrosamente sanado después de la aparición de una joven Señora que era idéntica a la que vio el sobrino; la cual se le había presentado con estas palabras: “Yo soy la Siempre Virgen María de Guadalupe"[4] .

Por lo tanto la misma joven Señora de las apariciones se ha denominado a sí misma como "La siempre Virgen María de Guadalupe", refiriéndose a un topónimo español que indica un santuario de la villa de Villuercas, en la Sierra oriental de Extremadura, donde se venera desde el siglo XIV una "Virgen negra' que -según una antigua tradición- habría sido esculpida en madera de cedro oriental por el evangelista San Lucas. Permaneció escondida durante largo tiempo en Bizancio; más tarde la estatua fue llevada a Roma por S. Gregorio el Grande, que la envió a San Leandro, Obispo de Sevilla en España. Nuevamente escondida durante la dominación de los moros, la imagen de la "Virgen Negra” revestida como una reina coronada que tiene en brazos al pequeño Jesús, fue encontrada milagrosamente en el siglo XIV por un pastor y se conserva en el santuario de Villuercas construido por los monjes Jerosolimitanos desde 1389 al 1835.

La "Virgen Negra" de Villuercas fue llamada "Santa María de Guadalupe" a razón del río subterráneo que pasa cerca del Santuario [5] .

El hecho de que la Virgen de Tepeyac haya querido denominarse "la siempre Virgen María de Guadalupe" sin otras explicaciones, induce a los exegetas del acontecimiento a proponer las siguientes consideraciones:

* Relacionándose a un topónimo español, ciertamente ignorado por el indio azteca Juan Bernardino, la Virgen María ha querido salvar la sobrenaturalidad de su aparición de cualquier sospechosa manipulación humana, constituyendo el nombre de Guadalupe para el Obispo Zumárraga el signo cierto de la autenticidad de la visión de la Madre de Dios.

Refiriéndose a Guadalupe, lugar de veneración de la Virgen Extremeña , el hecho de Tepeyac se liga a una devoción muy familiar para los españoles del siglo XIV al XVI y tan profundamente vinculada a su historia que podría resumir "el fervor supremo de los Reyes Católicos", los cuales la asumieron como símbolo protector de la "reconquista" contra la dominación árabe. Guadalupe resulta, además así, una referencia explícita de la protección mariana en la empresa de Cristóbal Colón. El Gran Almirante del Mar Océano -salvado de un naufragio por intercesión de la Virgen Negra de Villuerca a la vuelta del su primer viaje atlántico- utilizó el topónimo de la localidad extremeña de Guadalupe para denominar la primera isla importante donde desembarcó el 4 de Noviembre de 1493, durante el segundo viaje a las costas americanas.

A parte de la presencia del topónimo, bajo el perfil iconográfico parecería que no existir ningún otro elemento en común entre la figura de la Virgen María venerada en la Extremadura española y la Virgen aparecida en México. Sin embargo, existe una relación misteriosa de significado mucho más profundo entre la Virgen Negra española y la Virgen morena mexicana, que vincula ésta a aquélla; esto es el reclamo a una común dignidad "real" contenido en las palabras de la Virgen al indio Juan Bernardino, tío de Juan Diego.

Aquella precisa, inconfundible denominación: "Yo soy la siempre Virgen María de Guadalupe", expresa el enlace directo entre la Virgen aparecida en Tepeyac y aquélla representada en la estatua de madera venerada en el Santuario español de Villuercas. Que se trate de una relación velada de misterio, es evidente en el sentido etimológico de "río oculto" encerrado en el topónimo de "Guadalupe".

Las dos Vírgenes -la española y la mexicana- presentan el aspecto de reinas. Pero la dignidad de la Virgen extremeña está ostentada por la corona que le ciñe la cabeza; en cambio la de la Virgen mexicana resalta por medio de otros elementos decorativos, entre los cuales destaca el símbolo que adorna su vestido a la altura del vientre virginal, custodia del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios: "una flor con cuatro hojas colocadas alrededor de un elemento circular". Esa flor cruciforme es el jeroglífico náhuatl, familiar a la cultura indígena mexicana. Se trata de hecho de la "flor solar", cuyo significado múltiple indica, al mismo tiempo, el punto de contacto entre el mundo visible y el invisible, la encrucijada donde se interceptan las vías de Norte a Sur y de Oriente a Occidente, el "sol del centro" o "sol de fuego" según el culto azteca de Xinhtecutli. Esta extraordinaria flor cruciforme es también figura del número cinco que —según la numerología sagrada— representa las letras del tetragrama divino (IH-S-WH) al que está añadido al centro un SCIN formando el nombre de Jesús, Rex Regnum et Dominus Dominantium- número que, además, simboliza: fuego y luz, comprensión y justicia, autoridad y fe, poder y voluntad.


El enigma no resuelto de la imagen de Tepeyac

Además de los elementos ya indicados, un enigma entendido en su significado etimológico como de "algo alegórico, por interpretar" envuelve la imagen de la Virgen aparecida en Tepeyac.

Los primeros contornos del enigma se perfilan cuando Fritz Hahan, docente de alemán en México (invitado a los juegos olímpicos de Berlín de 1936) llevó a Alemania dos hilos (uno de color rojo, el otro amarillo) de la túnica de Juan Diego para hacerlos analizar por el Doctor Richard Kuhn, director de la sección química del "Káiser Wilhelm Instituto" de Heidelberg. Los análisis del doctor Kuhn fueron sorprendentes: en las fibras textiles de las dos muestras de hilo no se encontró ningún rastro de colorantes de naturaleza vegetal, animal o mineral (los colorantes sintéticos se excluían naturalmente, porque éstos se empezaron a usar sólo en la segunda mitad del Ochocientos).

El 29 de Mayo de 1951 el diseñador mexicano Carlos Salinas Chávez observaba con una lupa una fotografía de la Virgen Morena de Guadalupe descubriendo -con gran sorpresa- en la pupila del ojo derecho de la imagen la silueta de una figura humana.

Cinco años después -de Julio de 1956 a Mayo de 1958- el cirujano Rafael Terija Lavoigner analizaba repetidas veces la imagen original de la Virgen guadalupana custodiada en la Basílica de la Ciudad de México. El examen, llevado a cabo con un oftalmoscopio, daba el siguiente resultado, tal como el mismo analista lo ha fijado en su relación científica: “En la córnea de los ojos de la imagen se percibe el perfil de un busto de hombre. La distorsión y la amplitud de la imagen humana, tomada en los ojos de la imagen de la Virgen , son idénticas a las que reproduce un ojo humano normal. Dirigiendo la luz del Oftalmoscopio sobre las pupilas de los ojos de imagen original de la Virgen de Guadalupe, aparece el mismo reflejo luminoso que normalmente se observa, en las mismas condiciones que en la pupila de un ojo humano".

El descubrimiento dejó desconcertado al médico mexicano; el cual -consciente de que tal efecto no se puede reproducir en una superficie plana como la de una tela pintada— quiso examinar con el mismo método algunas copias de la venerada imagen de la Virgen de Guadalupe, realizadas al óleo o a acuarela. En ninguna de ellas encontró el efecto luminoso que daba a los ojos de la imagen original de la Virgen Morena una impresión de vida. Las copias presentaban indiscutiblemente sólo una apagada mirada, mientras que el ojo de la imagen original, examinado con el oftalmoscopio, resulta brillante y vivo, de un color avellana como de bronce dorado. Por lo tanto en la pupila del ojo aparece la figura de un hombre con la cabeza ligeramente reclinada y vuelta de tres cuartos hacia la derecha de la Virgen. La imagen de este busto humano presenta la curvatura exactamente conforme a la ley de la reflexión de una imagen en vivo. La imagen humana reflejada en la parte interna de la córnea del ojo derecho, se repite en la parte externa de la córnea del ojo izquierdo pero de manera descentrada, según las leyes de la óptica fisiológica más adelantada; todo esto excluye, también bajo este aspecto, que la imagen de la Virgen Mexicana de Guadalupe sea fruto de una manipulación humana.

Además, la hipótesis de una manipulación humana queda excluida por ulteriores exámenes científicos desarrollados sobre la imagen de la Virgen de Tepeyac con la técnica de los rayos infrarrojos y mediante un proceso de "digitalización" ejecutado por un elaborador electrónico.

El análisis con los rayos infrarrojos se realizó en Mayo de 1979 por un grupo de científicos norteamericanos dirigidos por los profesores Philip Serna Callahan y Jody Grant Smith y demostró que el rostro, las manos, el manto y la túnica de la Virgen Morena , no son fruto de pintura humana, confirmando de este modo el resultado ya obtenido en la indagación realizada algunos decenios antes en Alemania por el doctor Richard Kuhn. Los colores de la imagen de la Virgen -colores de una sorprendente vivacidad y frescura cromática que han resistido por siglos al paso del tiempo y a la humedad del clima de Ciudad de México- no corresponden a ninguna combinación química natural o artificial utilizada por las técnicas de la pintura humana [6] .

En la relación de esta investigación científica, rica de minuciosos detalles técnicos, se lee además: “El pigmento del velo de la Virgen , azul, semitransparente transparente, de naturaleza desconocida, presenta un tono brillante tal, que parece que haya sido pintado sólo hace una semana". La técnica pictórica es semejante a la "divisionista" utilizada en la escuela impresionista francesa e italiana del siglo XIX (pero completamente ignorada en el siglo XVI). De hecho la misma relación observa que, alejándose de la imagen lo bastante para no hacer notar las imperfecciones del tejido de la tilma, el pigmento pictórico y los linchamientos de la figura se mezclan perfectamente: “Emerge, entonces, como por efecto mágico, la belleza incomparable de la Virgen ; cuya expresión parece de repente grave y al mismo tiempo alegre; india e igualmente europea, de piel cobriza y a la vez blanca".

Las pruebas de digitalización de la imagen realizada con un sofisticado proceso electrónico, fueron llevadas a cabo en 1980, por el profesor Aste Tonsmann, ingeniero especialista de elaboradores electrónicos de la Universidad de Corneil (Estado de New York); éstas confirman la presencia en las pupilas de la Virgen Morena de figuras humanas ya conocidas en los análisis hechos precedentemente con el oftalmoscopio[7] .

La imagen de Tepeyac resulta el primero y único testimonio visivo-fotográfico, por así decir, que la Virgen María ha dejado al pueblo de Dios- Se trata de un fenómeno hasta ahora inexplicable, de un enigma indescifrado -permaneciendo ignorado por la ciencia profana— en el cual se guarda un mensaje cuya misteriosa profundidad puede ser sólo intuida a la luz introspectiva de la ciencia sagrada del símbolo.


La "Mujer vestida de sol": Virgen "euroindia"

La "siempre Virgen María de Guadalupe" se presentó al indio mexicano Juan Diego como una joven señora de piel moro-cobriza: el color de la raza amerindia que puebla América Latina; pero la luminosidad de la tonalidad de los colores de la imagen de Tepeyac -como notó el doctor Callahan- van desde el cobrizo de la raza amerindia al blanco rosado de la raza europea. La Virgen de Guadalupe por un fenómeno de osmosis racial, se manifiesta de igual modo como Virgen "euroindia" o "índioeuropea".

Este dato, también muy singular, seguramente no es debido a un capricho ya que las apariciones marianas expresan siempre un significado simbólico preciso. En el mismo espacio geográfico de América Latina, que va desde el golfo de California extendiéndose hasta la Tierra del Fuego, el proceso de integración racial constituye más que una cuestión de piel, un proceso de osmosis vital y de homogeneización sociocultural, mediante el cual hispanismo e indigenismo se integran en la "latinidad" considerada por el mexicano José Vasconcelos, como el elemento esencial, típico, de la "raza cósmica" con la que se identifica la humanidad del hombre latinoamericano[8] .

La identidad espiritual de los pueblos que constituyen la América colonizada por las naciones ibéricas es una cuestión muy debatida desde los primeros tiempos de la conquista europea. El problema, todavía controvertido, se descifra siempre con mayor frecuencia en clave "ecuménica", por así decir, mediante la cual la americanicidad ,del hombre latinoamericano se resuelve en un proceso de integración y asimilación de distintos elementos, en un ecumenismo cultural y espiritual donde las diferencias de los conquistadores ibéricos y las de los indígenas conquistados se funden en los rasgos del indioamericano, esto es: la raza cósmica de la que habló justamente, en los años veinte José Vasconcelos.

Se trata de una "raza solar" análoga a la raza "roja atlántidea" y cuyos rasgos prevalecen en las características somáticas dominantes, sobre todo entre las poblaciones mesoamericanas y de la América Andina. Esta "raza cósmica solar" se distingue por una religiosidad popular que ahonda sus raíces en un "espacio sagrado", cuya mágica atracción se abre en la culminante soledad de Machu Picchu, al nacer del sol.

Resultado del proceso de asimilación cultural y religiosa que culmina en el crisol de la catolicidad románica traída aquí por los conquistadores ibéricos, esta raza amerindia y euroindia, al mismo tiempo, asume en sí el hecho de la conquista, no ya como acto de subordinación más o menos forzada, sino como verdadero y propio rito traducido en el tributo que durante la época colonial, se ofrecía al rey de España. Pero no como una manifestación de valor venal, monetario, sino como acto sacrifical que conservaba la legitimidad ritual trasmitida por las civilizaciones indígenas precedentes; la cuales habían utilizado oro, plata y piedras preciosas como elementos puros, ceremoniales lejanos de cualquier valor venal de intercambio.

De hecho, casi para indicar la pureza despojada de todo signo de realeza la Virgen Morena , aún apareciendo en piedras preciosas, no ostenta corona en la cabeza, permaneciendo su realeza celestial manifestada sólo en el símbolo solar que la envuelve y en las cuarenta y seis estrellas que brillan en su manto.

Su figura, de joven mujer visiblemente grávida, que descansa los pies sobre una hoz de luna creciente resulta bastante semejante a la del Apocalipsis; "Mujer vestida de sol":

"Apareció en el cielo una señal grandiosa: una Mujer vestida de sol, con la luna bajo los pies y en su cabeza una corona de doce estrellas! Estaba en cinta y gritaba los dolores del parto" (Apocalipsis XII)

En el esplendor solar de su figura, la Virgen Morena de Guadalupe aparece como la Reina que domina el cosmos, pero una reina con una teñida tristeza que parece reflejar, al mismo tiempo, el sufrimiento por la actual condición terrestre. Su condición de Virgen encinta señalada por la flor cruciforme grabada en su vientre -flor semejante en todo al "loto del renacimiento" o que adornaba a Iside egipcia, mediadora de la resurrección y de la vida inmortal- recuerda (también) el tipo luminoso de la dea olímpica, personificación de la Victoria , contenido en el mito de Atenas.

En todo esto se puede entrever -oculto en la misteriosa aparición de la Virgen guadalupana- signo de un rescate superior de la América precolombina del culto telúrico-demoníaco en la que había precipitado por un proceso de decadencia; culto que culminó -como todos saben- en el frenesí de sangre que distinguía el siniestro dionísismo de la civilización guerrera de los Aztecas en su degeneración. Ciertamente es significativo que la Virgen Morena de Guadalupe haya aparecido casi en el mismo lugar en el cual, antes de la conquista española, se levantaba el Templo mayor de Tenochtitlán, teatro de las rituales hecatombes humanas consumadas por los aztecas; para los cuales los sacrificios colectivos eran una loca y desesperada tentativa para mantener un contacto con las divinidades de un Olimpo infernal y sanguinario.

En el espacio latinoamericano -y particularmente en el área mesoamericana el indio pensaba que la vida humana y cósmica dependía de la voluntad impenetrable de los dioses. A éstos había que ofrecerles, en cantidad, sacrificios rituales cruentos, con el fin de obtener el patrocinio en todas las fases y actos de la vida, sea individual como asociada.

Con la cristianización de América Románica, cada rito sacrifical con víctimas humanas fue severamente prohibido. El rito cruento fue sustituido por la Sagrada Eucaristía , donde con la liturgia de la "Palabra revelada" por el misterio de la consubstanciación se ofrece un sacrificio incruento que asume todo sacrificio, rescatando de este modo también la "muerte ritual". Desde esta perspectiva, la aparición de Tepeyac -sucedida en los lugares que anteriormente habían constituido el espacio de la muerte ritual celebraba en un obsesivo ciclo de sangre- impone un valor sobrenatural da tal “sacrificio-rescate” y conforma todavía una vez más la potencia redentora del Cristianismo teándrico resumido en la Cruz que asume, rectifica y cumple en sí toda tradición.


El simbolismo de la "Madre cósmica" y la escatología de América

Entre los múltiples significados que el simbolismo de la Virgen Morena de Guadalupe reúne, hay también la rectificación de la figura de la "madre cósmica" o "mujer divina"». Esta figura considerada por ciertas escuelas tradicionales como símbolo de la feminidad telúrica casi siempre asociada al elemento tierra o al elemento agua - que asumía la expresión de madre-tierra, o de agua-regeneradora, en la perspectiva de un momento dionisiaco- rige una ley de cambios: subida-bajada, muerte-renacimiento. Ley que contempla el suceder cronológico de las estaciones, alcanzando el punto más significativo en el "solsticio de invierno"; osea en el momento en el cual la luz solar parece desaparecer para resurgir nuevamente en un proceso que culmina con el "solsticio de verano".

A este símbolo solsticial se conecta el elemento de la polaridad entre Norte y Sur, en el cual el ciclo "solar" nórdico de la espiritualidad uránica se alterna con el ciclo "lunar" (la plateada luz del sur") de la espiritualidad "atlántica", por lo que se produciría una mezcla del principio solar de Artide con el lunar de Atlántide. Esta mezcla entre el principio del Sol y el de la Madre-tierra , constituiría una corrupción del elemento masculino-solar con el femenino-lunar.

Ahora bien, la Virgen Morena de Tepeyac -presentándose como la Mujer vestida de Sol- obra una rectificación de la degradación del ciclo solar uránico en el lunar atlántideo y vuelve a dar tono con términos de realeza -que se podría decir "viril"- al principio solar sobre el lunar. De hecho la apocalíptica "Mujer del sol" domina a la luna creciente puesta bajo sus pies y, como mujer encinta, es matriz de la vida universal; da a luz al "Hijo primogénito”, el Dios vivo del que es figura profética el misterioso Rey del Mundo.

Por lo tanto el elocuente lenguaje simbólico de la Virgen aparecida en Tepeyac advierte, que para volver hacia la tradición del Norte hiperbóreo, se debe necesariamente atravesar la mediación atlántidea, en virtud del auxilio de las siete tradiciones históricas; las cuales se realizarán en Cristo Rey triunfante.

Aquí el significado del mensaje de la Virgen de Guadalupe se hace de una evidencia clara, haciendo resaltar el sentido escatológico que la geografía sagrada asigna a la América Románica ; el rol de una centralidad asumida por una simbiosis que funde la iniciación solar y lunar en el supremo, real sacerdocio del Santo Grial [9] .

La Virgen Morena , de hecho, se ha presentado a Juan Diego sobre un arco de luna creciente, pero circundada -al mismo tiempo- de un haz de rayos solares que la envuelven como en una "caverna de luz".

El símbolo de la caverna luminosa constituye el sigilo majestuoso de la visión de Tepeyac, y vuelca la antigua tradición de la gruta como expresión generadora de vida- Es sabido cómo la caverna y la gruta sean el símbolo ambivalente de un doble movimiento; por un lado un movimiento de transformación espiritual que corre de un estado inferior a uno superior, por otro un acto de iluminación trascendente que desde lo alto baja al corazón del centro "interior".

Una fulgurante perspectiva, pues, transforma toda la simbología de la Madre Negra , de la "Madre-Tierra" representada por la caverna, en la esplendida purificación de la gruta de Belem, donde se revela y desvela el misterio de la Encarnación inundado por la luz meridiana del Sol de Medianoche. Pero, si en Belem la luz de medianoche coincide con aquella del medio día por la innegable "solidaridad" del misterioso Acontecimiento, es en el Gólgota -en el monte de la Calavera- que la luz meridiana se transforma en la oscuridad de medianoche, en el momento en el cual el Hijo de Dios hecho Hombre expira en la Cruz. Mientras todo tiembla -naturaleza, animales, hombres- a los pies de la Cruz , derecha y solemne como columna que sostiene el mundo oscurecido, está vigilante la Virgen-Madre : cooperadora de la Redención que ya prefigura el fulgor auroral de la Pascua cósmica que vendrá.


El "parto cósmico" presagio del Reino Universal

El singular destino escatológico de América Románica, divinamente preordenada a un nuevo florecer del Evangelio Eterno, está preanunciado por los grandes símbolos de la Revelación de Guadalupe que sólo ahora, al acercarse los acontecimientos, se hacen más claros y descifrables.

Confirmamos que es la primera vez, en el entero curso milenario de las teofanías marianas, que la Imagen de Nuestra Señora aparece "embarazada" como lo fue en el oculto viaje hacia Belem narrado por los evangelistas, o como resulta del maravilloso cuadro solar, presentido en el Apocalipsis por el "discípulo predilecto". Ya nos hemos referido (ver nota 4) a la detallada correspondencia que desde el Seiscientos se encontró entre la Virgen guadalupana y la "Mujer encinta vestida de Sol" del texto profético.

Por otra parte, la importancia y el extraordinario significado de este misterio de San Juan no han pasado inobservados o apenas se han tocado en superficie sin una explicación auténtica. En cambio, es evidente que el parto cósmico de un nuevo hijo varón por parte de Aquella que en el paréntesis histórico había engendrado a Jesús indica, por medio de la Virgen Perenne , la llegada definitiva del Reino: presentado, esta vez, por una nueva Revelación sin otros enigmas o límites. O sea, con la siguiente definición respecto a cuanto precede. Mientras la Revelación del Nuevo Testamento perfeccionaba la del Antiguo permaneciendo de alguna manera o en alguna, parte vinculada a eso, aquí se prefigura una nueva Revelación ("parto cósmico") en el surco de la Revelación cristiana. Lo que por un lado, libera de los pesos y contrapesos del pasado y por otro lado actúa una explicitación total del Evangelio en su sustancial y también formal "libertad de los hijos de Dios". Al final, esta Revelación se proyecta con virtud creadora hacia "nuevos cielos y tierras nuevas".

Tal es el sentido más profundo del Mensaje de Guadalupe, casi ignorado del todo por los cristianos europeos y afroasiáticos. Y con esta finalidad ha sido escogido como emblema y sigilo del mensaje mismo una flor típicamente local pero al mismo tiempo dotada de universalidad. Una flor, por lo tanto, que quiere sobre-entender el injerto, en las razas humanas, entre lo claro y lo oscuro, en particular entre los colores de la vieja y nueva Cristiandad, ambas "grávidas del Reino universal del Rey de los Reyes y de la Reina de los Reinos" [10] .

Realidad que ya está a las puertas, a pesar de toda remolona incredulidad, de incomprensiones interesadas e ilusorios atrasos neofarisaicos.

·- ·-· -······-·
Primo Siena

[1] El sufijo Tsin, en el idioma local nuhuatl expresa un tono de familiar cortesía intraducible en el amable diminutivo “Juanito, Juan Dieguito”, muy usual en toda América Latina de habla romance.

[2] Teocalli, en el idioma nuhuatl de los aztecas indica el templo en su significado propio de casa de Dios; palabra compuesta por Teotl (Dios) y Calti (casa) y que designaba la construcciones religiosas en forma de pirámide, en la cumbre de las cuales se inmolaban víctimas humanas, en señal propiciatoria, según los ritos sanguinarios ritos del politeísmo aztecas. El mayor templo de la religión azteca inaugurado en el 1487 por el emperador Hautzotl, se denominó el “gran Teocalli”.

[3] A la “Basílica de los Indios” de 1555, han sucedido a lo largo del tiempo otras iglesias: la primera, terminada en el 1622, fue sustituida por una grandiosa construcción barroca del 1709, al lado de la cual en 1976 se añadió una construcción moderna en forma de tienda.

[4] Los relatos indígenas de las apariciones de la Virgen de Guadalupe son dos, uno posterior al otro: el Nican Mopohua y el Nican Motecpana. Estos dos documento se conservan en el “Centro de Estudios Guadalupanos” de Ciudad de México, juntos a la innumerable bibliografía del prodigioso acontecimiento que recoge todavía el interés de estudiosos religiosos y laicos, creyentes y no.

[5] La etimología de Guadalupe deriva de un vocablo que en el castellano de Extremadura significa “río oculto” o “arrollo escondido”.

[6] El análisis con la técnica de los rayos infrarrojos permite descubrir en una pintura cualquier trabajo de restauración o sobreposición de colores, poniendo al descubierto el trabajo original de ejecución de una obra figurativa. Ninguna manipulación o imitación puede escapar a una radiografía hecha con rayos infrarrojos. Con este tipo de análisis el doctor Callahan descubrió algunos rastros de retoques de estilo barroco en el ángel con las alas abiertas que sostiene la figura de la Virgen , dando pié a la hipótesis de un trabajo de restauración ejecutado en el siglo XVII, después de un proceso de deterioro producido en las partes periféricas de la tilma de agave de Juan Diego. El mismo análisis confirmó nuevamente que los colores de la imagen de la Virgen no corresponden a ningún tipo de coloración natural o artificial en uso por la técnica de la pintura humana, excluyendo toda posible explicación científica de su frescura y luminosidad. A pesar de ello, el hecho de que la imagen haya sido expuesta, por más de cuatro siglos, a los rayos ultravioletas de millares de velas encendidas (una sola vela de cera desprende cerca de seiscientos microwatts de luz ultravioleta que produce el rápido deterioro de la pigmentación de los colores orgánicos e inorgánicos, especialmente aquella de color azul).

[7] Los exámenes con el oftaloscopio, la radiografía efectuada con los rayos infrarrojos, el proceso de digitalización electrónica están descritos con riqueza de datos en el libro del español J.J.Benitez: El misterio de Guadalupe, Barcelona 1982; otras minuciosas noticias se encuentran en el ensayo de Bruno Brunet-Eymond: Notre Dame de Guadalupe et son image merveilleuse devant l’histoire et la cience.St.Parres Le Vaude, 1980.

[8] Justamente ha sido notado que los conquistadores españoles de América Latina representaban no una igualdad racial pura, sino una múltiple unidad de pueblos ibéricos europeos en la que se habían integrado de a poco: celtas, fenicios, griegos, romanos, visigodos, alanos, árabes, hebreos, . Análoga también la condición de los conquistados, resultada de la conmistión y fusión de: mayas, toltecas, aztecas, muiscas, tairones, chinchas, chimúes , mochicas, nazcas, araucanos, diaguitas: En la época de la conquista ibérica , estos pueblos se mezclaron primero con los conquistadores, después con negros llegados de África en el período del comecio de los esclavos; y más tarde con asiáticos emigrados durante los últimos siglos en el continente americano, sobre todo en América meridional. Se ha denominado latinidad románica el resultado de este crisol de poblaciones y razas, utilizando precisamente el término que acabó por distinguir de los bárbaros los diferentes pueblos asumidos en el Imperio Romano.

[9] Véase el artículo de la revista italiana Metapolítica n.1-2/1987, titulado: Nuova Europa e Nuova Cristianità.

[10] Como explica el artículo citado anteriormente, la Nueva Europa y la Nueva Cristiandad corresponden justamente a la América Románica del inminente futuro.

EL ESPAÑOL (1)


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Personalidad de la raza
NO EXISTE RAZA menos gregaria que la española. Pocas tienen tanta personalidad. Es individualista en sumo grado. Lo fue siempre. El mismo hecho de acogerse a vivir en comunidades, en conventos, no es para comunizar la vida, sino para individualizarla. A lo sumo se llega, por obediencia, por espíritu de sacrificio, para ser grato a Dios, a confundir la vida propia con la del monasterio o comunidad en cuyo seno se habita; entonces el convento es “mi convento”; la Orden es “mi Orden”.
Hubo un tiempo en que a las órdenes se las llamaba religiones. “Mi religión, nuestra religión”, decían, por ejemplo, los dominicos, como si los jesuitas, los benedictinos, pertenecieran a otra fe. En el extranjero decíase otro tanto; pero es muy probable que la expresión se haya formado en España, cuya voz entonces repercutía en el mundo, y el mundo solía devolverla como un eco.
Es muy frecuente que unas a otras comunidades se odien y declaren guerra sin cuartel. También surgen a veces en los conventos de España individualistas, a prueba de reglas. San Pedro de Alcántara estuvo treinta y seis meses en un monasterio sin hablar con nadie, sin mirar siquiera la cara a sus compañeros de reclusión. Luego vivió treinta años en el yermo, de rodillas. Los trapistas, fenómenos de antisociabilidad, que han desaparecido de casi todo el mundo, aún perduran y florecen en algunos rincones de España.
El bravío individualismo español lo induce a desamar la acción asociada. En nuestros días, desde el juicio por jurados hasta el parlamentarismo han hecho bancarrota en España. En cambio, han florecido espontáneamente, siempre que la ocasión fue propicia: en política, el cacique; en religión, el cenobita, y como una morbosidad social, el bandolero.
El bandido fue tipo muy popular y muy prestigioso en Andalucía, donde el carácter regional y el terreno lo favorecieron, mientras no hubo telégrafos, ferrocarriles y guardia civil. Ahora la guardia civil, ayudada por la prensa, el telégrafo, el ferrocarril y los fusiles de repetición, ha exterminado a los bandoleros.
Los mismos ideales sociales de nuestro tiempo se tiñen en España de un color especial. España es más anarquista que socialista. Muchos de los epílogos sangrientos que están haciendo verter lágrimas en los hogares españoles con motivo de la presente lucha de clases resultan ajenos a toda presión de sindicatos y parecen la obra espontánea y personal de individualidades que juzgan, condenan y ejecutan por sí y ante sí1.
Los franceses están, por ciertos segmentos de su espíritu, como el sentido de organización, sino el de jerarquía, mucho más cerca de los alemanes que de los españoles. Es verdad que llevan en las venas bastante sangre germánica. En un país de individualismo tan exaltado y tan anárquico como España es difícil que nadie hubiera intentado nunca, como Augusto Comte en Francia, organizar, disciplinar, cosa tan íntima, arbitraria y discorde como los sentimientos.
Cuando a Simón Bolívar se le ocurrió prácticamente, antes que a Comte se le ocurriera en teoría, la idea de legislar sobre los sentimientos –amor de la patria, moralidad pública, respeto a los ancianos, etc.–, la repulsa a su proyecto de una Cámara de Censores y a la institución de un Poder Moral fue unánime. América, hija de España, rechazó el proyecto con toda la indignación de su individualismo amenazado.
En España nadie está de acuerdo con nadie2.
Enemiga de sumisión a pragmáticas, cánones y coacciones disciplinarias, España es un país poco bohemio. Se prefiere la estrechez en libertad a la jaula llena de cañamones. A los mendigos que pululan en ciudades, villorrios y carreteras es casi imposible reducirlos a habitar en asilos.
Uno de los ingenios españoles que con más sagacidad ha buceado en los últimos tiempos el alma de su país observa:
En la Edad Media nuestras regiones querían reyes propios, no para estar mejor gobernadas, sino para destruir el poder real; las ciudades querían fueros que las eximieran de la autoridad de los reyes ya achicados, y todas las clases sociales querían fueros y privilegios a montones. Entonces estuvo nuestra Patria a dos pasos de realizar su ideal jurídico: que todos los españoles llevasen en el bolsillo una carta foral con un solo artículo, redactado en estos términos breves, claros y contundentes: “Este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana”.3
¿Qué es ello sino superabundancia de personalidad, individualismo; un individualismo que desborda por su mismo exceso de las personas a las entidades de geografía política?
El individualismo español lo patentiza, entre otras cosas, su manera de guerrear, desde los tiempos de Viriato y Sertorio hasta Espoz y Mina, el Empecinado y demás guerrilleros de la lucha contra Napoleón. En España nace la guerra de guerrillas, único medio de que cada localidad posea su caudillo y su hueste, único medio de que cada jefecito, es decir, cada jefe de guerrilleros se imagine jefe de ejércitos, factor de primer orden en todo momento de peligro. En esta forma de combatir cada soldado, en vez de reducirse a número de tropa sin voz ni voto, cuya personalidad desaparece en la del cuerpo que integra, tiene iniciativas personales, combate como ser humano, no como mera máquina, y puede, en algún momento decisivo, significarse con las proporciones de héroe. Los conquistadores de América no son sino guerrilleros, algunos de gran talento militar, como Cortés, o de vastos planes, como Balboa. Y fuera de Bolívar, Miranda, Sucre, San Martín y Piar, ¿qué fueron los caudillos de nuestra emancipación sino guerrilleros, algunos estupendos y casi fabulosos como Páez? Los americanos heredaron de España la aptitud guerrera y la forma de combatir.
¿Se quiere algo más individualista que estos mismos hombres que realizaron la epopeya de América en el siglo XVI? Ellos que miraron, como Nietzsche, más allá del Bien y del Mal, practicaron en carne viva lo que siglos más tarde Nietzsche preconizó sobre el papel: tuvieron no la moral de los esclavos, sino la moral de los amos. La moral de los amos, ¿no consiste en la exaltación del individualismo, en desarrollar al máximum la voluntad de potencia del individuo? ¿Qué otra cosa hicieron aquellos ínclitos guerrilleros de la conquista?
Este sentimiento de exagerado individualismo se extiende a la región, puede llamarse regionalismo. Este sentimiento que también heredó América, ha sido perjudicial en América y en España.
* * *
La raza española, aunque imperialista, es enemiga del imperio. Rechaza la unidad y tiende a la independencia provincial y de comunas. La unidad imperial la realizan en España monarcas extranjeros y absolutistas. Lo castellano es el municipio libre, dentro del Estado; las provincias independientes con fueros propios; la libertad federativa, no la unidad autocrática4.
En España, desde los tiempos de las invasiones históricas, que se llevan a cabo con increíble facilidad, hasta los actuales gérmenes de separatismo en Cataluña y Vasconia, el espíritu de localidad o regionalismo es talón de Aquiles.
Ese mismo espíritu la ha salvado o dignificado, con todo, en más de una ocasión. Los invasores se estrellan a menudo contra la tenacidad defensiva de alguna ciudad heroica; los cartagineses, contra Sagunto; los romanos, tiempo adelante, contra Numancia; los franceses, en nuestros días, contra Zaragoza y Gerona. Porque estas defensas no son como la defensa de Verdún contra los alemanes: un país entero y aun varios países representados por sus ejércitos salvaguardando una ciudad fortificada; son las mismas ciudades, a veces casi inermes, entregadas a su propio esfuerzo, que luchan contra los invasores. La isla de Margarita, en las guerras americanas de emancipación, defendió sus pueblos hasta a pedradas, en la misma forma local e intransigente que Gerona, Zaragoza y Sagunto. Hubo entonces otros ejemplos análogos.
América, junto con el exagerado individualismo, heredó la tendencia localista, el amor desenfrenado de la independencia y la ineptitud para constituir grandes unidades políticas. A ello se debe el que hoy no forme uno, dos o tres Estados fuertes, sino caterva de microscópicas republiquitas.
El Libertador de América, Simón Bolívar, cuyo genio político fue tan grande, por lo menos, como su genio militar, soñó desde la iniciación de su carrera con formar un Estado americano de primer orden que llevase la batuta en los negocios de nuestro planeta. Ya en 1813 un ministro suyo, inspirado visiblemente por el Libertador, habla de un Poder que pueda servir de contrapeso a Europa y establecer, dice; “el equilibrio del universo”. En 1815, en la célebre carta que –vencido por los españoles, desterrado por la anarquía criolla– dirige en Kingston a un caballero inglés, trata Bolívar de la posible creación de dos o tres grandes Estados americanos. En 1818 escribe a Pueyrredón, director de las provincias argentinas, que la América española, unida, debe formar un gran Poder; debe constituirse “el Pacto americano que, formando de todas nuestras Repúblicas un Cuerpo político, presente la América al mundo con un aspecto de majestad y grandeza sin ejemplo en las naciones antiguas. La América , así unida, podrá llamarse la reina de las naciones, la madre de las Repúblicas”.
En 1819 apenas independiza con la victoria de Boyacá, en el corazón de los Andes, el virreinato de Nueva Granada, funda una fuerte república militar, Colombia, englobando tres Estados: el antiguo virreinato de Nueva Granada, la Capitanía general de Caracas y la Presidencia de Quito. En 1822 invita, en nombre de Colombia, a todas las repúblicas hispanas de América a celebrar una unión que haga frente no sólo a España, sino a toda Europa, recién organizada en agresiva Alianza de tronos, llamada Santa. En 1825 sueña en formar el imperio republicano de los Andes, con casi toda la América del Sur, desde la mitad norte del antiguo virreinato del Plata hasta los pueblos del mar Caribe y el golfo mexicano. En 1826 convoca a todos los Estados recién emancipados de España al Congreso Internacional de Panamá, con el fin de echar las bases del derecho público americano y erigir, a pesar de los celos locales, el gran Poder Interamericano, la Sociedad de Naciones, por encima de las soberanías parciales, un Estado Internacional que constituyese a nuestra América, de facto, en “la madre de las Repúblicas”, en “la más grande nación de la tierra”.
Este gran sueño de Bolívar, que fue el más alto honor de su vida, salvo el de haber realizado la emancipación del continente, no pudo cumplirse. Él no podía hacerlo todo. Era necesario el contingente de los pueblos. Y contra su ideal unificador alzóse el ideal de patrias chicas, el espíritu localista, que convirtió a la América en un haz de repúblicas microscópicas, carentes de influencia internacional y fácil presa de ambiciosos caudillos sin más horizonte ni más prestigio que el de sus campanarios natales.
El individualismo y el localismo hereditarios triunfaban del hombre de genio. El hombre de genio veía entorpecidos sus planes por microbios a quien despreciaba: Santander en Cundinamarca, Rivadavia en Argentina, Páez en Venezuela, Freyre en Chile. Pero aquellos microbios eran una gran fuerza; representaban, sin saberlo, el espíritu de la raza.
1. Un testimonio reciente lo corrobora. Léase en La Voz , de Madrid, 17 de diciembre de 1921, la entrevista de un redactor de ese periódico con dos jefes sindicalistas de Barcelona: Pestaña y Noy del Sucre. El repórter, refiriéndose a la serie de atentados de carácter social –o tenidos por tales– que se cometieron en Barcelona ininterrumpidamente, pregunta a Pestaña cómo los jefes sindicalistas no pudieron impedir aquellas agresiones de que se acusa al sindicalismo catalán, y Pestaña responde textualmente:
—Era muy difícil, por no decir imposible. Obraban por iniciativa particular y con absoluta independencia.
2. No hace mucho pudo leerse en la prensa que los periódicos de Madrid, después de innúmeras reuniones, no logran ponerse de acuerdo para encontrar una fórmula que los salve de la ruina; es decir, de las fauces de la Papelera Española. Es necesario saber que la Papelera Española es un ávido monopolio que a la sombra de un arancel proteccionista succiona y aniquila con cínico descaro y manifiesta injusticia el vigor y la sustancia de las empresas editoriales y periodísticas. La Papelera aspira –y con razón, puesto que la dejan–, no sólo a continuar con el monopolio del papel, sino a implantar el monopolio editorial: la Empresa Calpe es suya; al monopolio del diarismo: uno de los mejores periódicos de la mañana y el mejor periódico de la noche son suyos; y suyos, indirectamente, los periódicos a quienes obliga con favores, a quienes puede hacer fracasar por medio de hábiles hostilidades. El clamor fue tanto, que el Gobierno se vio precisado a permitir la entrada libre del papel extranjero para salvar a los editores de libros y periódicos. La Papelera pone en juego sus influencias, llama antipatriótica a la medida gubernamental que tiende a salvar las industrias españolas del libro y del diario, no sólo permitir la libre importación del papel, que en la Europa deshecha y arruinada por la guerra se adquiere más barato que en la España pacífica y enriquecida. Pues bien: ni dueños de casas editoras ni dueños de empresas periodísticas llegan a ponerse de acuerdo para salvarse de la Papelera y de la ruina. Los diarios ni siquiera se conciertan para fijar el precio y tamaño de los periódicos.
En el ABC, diario madrileño, pudo leerse (15 de febrero de 1921): “El acuerdo que en la redacción de El Imparcial adoptaron varios directores de periódicos quedó roto por falta de unanimidad en su cumplimiento”. Otro periódico de Madrid rompe por lo sano, y dice: “En vista de que es imposible tratar nada serio con algunos periódicos, pues jamás cumplen aquello a que se comprometen y sólo se preocupan de su particular conveniencia, se desliga en absoluto La Correspondencia de España de todo compromiso colectivo y recaba su completa libertad de acción”.
3. Ángel Ganivet. Idearium español, edición de Granada, MDCCCXCVII, p. 57.
4. América tuvo, aun en lo más crudo del poder español, una relativa independencia municipal de que no siempre ha gozado después en tiempos de la República. La federación entre nosotros, ya que se quería implantar, no necesitó ser, como ha sido y es en Argentina, Venezuela, México, etc., caricatura servil de los yanquis; pudo tomar por base la antigua independencia comunal de Castilla y nuestra propia tradición de municipios autónomos. Los comuneros del Socorro, en el Virreinato de Nueva Granada, son tan heroicos defensores y mártires de la libertad como los victimados por la autocracia austríaca en Villalar.

Yo llegaré con ellos a mi destino


por José Artigas


"Todo individuo que quiera seguirme hágalo uniéndose a usted para pasar a Paysandú luego que yo me aproxime a ese punto; no quiero que persona alguna venga forzada, todos voluntariamente deben empeñarse en su libertad; quien no lo quiera, deseará permanecer esclavo."

"En cuanto a las familias, siento infinito no se hallen los medios de poderlas contener en sus casas: un mundo entero me sigue, retardan mis marchas y yo me veré cada día más lleno de obstáculos para obrar; ellas me han venido a encontrar, de otro modo yo no las habría admitido; por estos motivos encargo a usted se empeñe en que no salga familia alguna; aconséjelas usted que les será imposible seguirnos, que llegarán casos que nos veamos precisados a no poderlas escoltar, será peor verse desamparadas en unos parajes que nadie podrá valerlas; pero si no se convencen por estas razones déjelas usted que obren como gusten."

"A la fecha cuenta este ejército con la fuerza de cuatro mil hombres y tengo todas las probabilidades de reforzarlo aún considerablemente sintiendo sólo la falta de armamento que hace la exigencia de sus valientes brazos y algún otro auxilio que cubran su desnudez; prosigo con ellos mi marcha para repasar el Uruguay."

"La grandeza de ánimo que los hace superiores a todo sólo hace conocer excitarse en ellos un ardor que si no muestra toda la exageración de su sensibilidad ostenta en gran manera el transporte majestuoso de una razón exaltada por unos sentimientos que la conducen al heroísmo".

"¡Oh! ¡Cuántos son dignos de la corona destinada a la fortaleza y la virtud!... Yo llegaré, señor excelentísimo con ellos a mi destino, esperaré allí las órdenes de usted y la justa consideración al mérito en sus generosos votos."

Cuartel General en el arroyo Cololó, 3 de noviembre de 1811.

José Artigas.

"Excelentísima Junta ejecutiva de las Provincias del Río de la Plata."

"Nuestra fuerza reunida es muy respetable y muy capaz de imponer al enemigo. Aquí tengo algunas piezas de artillería con sus municiones correspondientes, porción regular de fusiles, lanzas, etc.: toda la Banda Oriental me sigue en masa resueltos todos a perder mil vidas antes que gozarlas en la esclavitud: los indios infieles abandonando sus tolderías inundan la campaña presentándome sus bravos esfuerzos para cooperar a la consolidación de nuestro gran sistema."

Cuartel General en Arroyo Negro, noviembre 14 de 1811. Del Coronel don José Artigas a don Elías Galván.

Presentación


Este espacio se encarga de difundir educando y formando el concepto comunitario de nuestra noble tradición en su lucha por la liberación nacional del colonialismo conspirativo (liberalismo, progresismo, marxismo) que van desde el anticlericalismo y el antimilitarismo hasta el ultraindigenismo y la Leyenda Negra. Por el fortalecimiento aguerrido de una nueva cultura frente a la degeneración del hombre en un sistema materialista que pregona el mas ruin y descarado hedonismo, antipatriotismo y anacrónico individualismo el cual, al carecer de raíces, si no es llevado por el viento es deber nuestro derribarlo a martillazos.
La izquierda indo hispánica no es otra vertiente mas dentro de la corriente socialista. Nace de esta pero a diferencia de las demás tendencias que terminan estancadas o desvinculadas de la realidad la Izquierda IndoHispánica es la más autentica. Somos socialistas por lo tanto no nacemos ni morimos con Marx, nacemos con los luchadores iberoamericanos y continuamos vivos. Así como el s. XVIII la pedagogía indiana adopta "las luces" que termina encegueciéndola con su luminaria, el positivismo del s. XIX le devuelve la lógica que lleva al progreso a una especie de idolatría salvaje que el marxismo del s. XX logra corregir aunque contradiciéndose con deducciones eurocentricas y que el s. XXI logra superar gracias a sus aciertos y errores.
Las diferencias básicas entre las izquierdas han sido:
  1. la izquierda cipaya hija del socialismo ingles y de las internacionales. 
  2. la Izquierda Nacional que surge con el "antiimperialismo" francés de Maximiliano I de Mejico contra el imperialismo anglosajón pero aun así arrastra un lastre de la ilustración francesa desde el marxismo manteniendo un liberalismo cultural enajenante y por lo tanto distorsiona la historia y la cultura hispanoamericana. 
  3. la Izquierda IndoHispánica surgida con el reformismo colonial de Carlos III tanto contra el imperialismo anglosajón como contra el avance de la enciclopedia francesa. Dando sus primeros retoños en las primeras constituciones de Colombia donde se destacaba el liberalismo político y la restricción económica a las oligarquías intentando fomentar el mercado interno (por supuesto que las oligarquías hubiesen preferido, al revés, mas liberalismo económico y mas conservadurismo político). Pero siendo que los primeros ensayos socialistas surgen con los ayllu incaicos, la experiencia de Vasco de Quiroga en Méjico y los primeros acertamientos jesuitas sobre todo en lo que hoy es Paraguay.
Mientras no se entienda que el efecto no es el mismo en la metrópolis que en la periferia se seguirá jugando al primer mundo (o este jugará con nosotros). Mientras no se entienda que la ilustración, el positivismo y el marxismo son consecuencias naturales de sociedades superdesarrolladas, creer que pueden ser "causa" en los países semicoloniales es el ilusorio de un grupo de intelectuales. Debe entenderse que nuestra causa real y original no pasa por el "internacionalismo" sino por el tercermundismo, la soberanía y la liberación. 
Cuando con el Ser Nacional se intenta desplazar y manipular el factor social surge una derecha completamente miope de la realidad de igual manera que cuando la dialéctica social posterga o utiliza el espíritu nacional deviene en izquierda perjudicial. Tanto la derecha social como la izquierda internacional son victimas y agentes encubiertos de los grandes banqueros y la sinarquía mundial. Nuestra izquierda se encuentra más cerca de la Tercera Posición que de las izquierdas cipayas. Nuestro socialismo se impulsa como disciplina espiritual y material reconstructiva de la descomposición social e individual. No se encuentra solo a la izquierda de la derecha como suele hacer la izquierda marxista mas senil, se encuentra a la izquierda del Imperio y del sistema en general.
Ya no podemos confiarnos en las consignas democráticas de “Libertad, Igualdad, Fraternidad” con las que el Imperio somete a la opinión mundial y a los pueblos. Hoy solo podemos confiar en las consignas de Soberanía y Liberación.
Nuestro nacionalismo diferente al nacionalismo burgués y reaccionario de los países europeos ha devenido siendo popular y revolucionario como nuestro socialismo criollo se distancia del socialismo europeo mucho mas ilustrado. 
Porque el socialismo no es una enciclopedia cientificista ni una necesidad ideológica; un nuevo tipo de secreto exitoso que es digno importar de los países mas remotos y ajenamente civilizados; tampoco se trata de rebajarlo al nivel "real existente" ni de idealizarlo. Es mas bien la superación de la comunidad tribal y del individuo grosero. El socialismo es la máxima expresión de orden racional y conjunto entre un individuo, su comunidad y su estirpe es decir su origen y destino común. Es un medio hacia y un fin en la Justicia Social. 
El socialismo no es mero igualitarismo, no es beneficencia sino que cada uno debe producir al menos lo que consume. No es tampoco la adaptación de la sociedad a la receta de un partido, es mas bien la diversidad en su mayor amplitud; la formación de trabajadores y también de guerreros en el desarrollo potencial del hombre como productor, no ya en el estancamiento de mercancías superfluas y riquezas privadas sino, de arte, de ciencia, espiritual y político. Un modo concreto y popular de construir desde el disenso antes que desde el circo de la oposición consensuada; desde la carne viva de gremios y organizaciones antes que desde la partidocracia y la democracia formal que postula como solución mágica: un voto = una persona.
El poder no se reforma desde las formas arcaicas sino que se construye desde su base y la misma profundidad. Un sistema que sirve para que la hegemonía chantajee (por "terrorismo", "guerra", "la vuelta a un pasado oscuro" etc.) para perpetuarse como "necesaria", deformando en una cuestión numérica el concepto de mayoría. La democracia como Soberanía popular excede la democracia burguesa que juega con la libertad pre-formada que vota partidos, candidatos, publicidad etc. cada determinado tiempo para elegir entre propuestas, leyes y plebiscitos en su momento preciso. La Soberanía Popular a través de juntas delega su autoridad sobre un caudillo. Esto se llevo a cabo en nuestro medio durante tres siglos hasta que la oligarquía revolucionaria devino reaccionaria copiando los moldes anglo-franceses.
El socialismo entre intelectuales y masones degeneró en ideológico e introducción a la globalizacion y el liberalismo cultural, es urgente traerlo a su origen científico dado en el método de análisis social a través de la dialéctica histórica el cual remonta al realismo de nuestra tradición cultural. Por lo que Nuestro Socialismo entiende la Guerra Cultural como el motor de lucha social de los trabajadores contra la oligarquía nativa y la élite mundial encargada de domesticar, adormecer y confundir a los pueblos.
Nuestra cultura se mantiene como bastión nacional y jerarquía de valores degradada por el modernismo burgués quien no responde ni respeta tradición ni sociedad. Nuestro análisis social e histórico nos lleva a través de la dialéctica a reconocer la "otredad" como vehículo natural de la igualdad que es el y lo Otro y que propio de nuestro carácter diferente del anglosajón el cual obsesionado por su raza temía por la perdida de sus rasgos e identidad, eso es lo que dio origen a la integración y solidaridad como piedra inicial del municipalismo y del bien común mezclándose con el aborigen afro, mongol y americano dentro de una jerarquía cultural que mas tarde la ilustración francesa y el idealismo jacobino intentarían nivelar desde arriba hacia abajo y forzando la síntesis desconociendo mas que reconociendo al Otro asentando los cimientos de la hegemonía del pensamiento único que somete a personas, organizaciones y patrias. La otredad es la virtud de extenderse y entenderse para lograr una mismidad real entre iguales, de lo contrario existiría la idea individualista (sea personal o sectorial) y la de automática exclusión propia de la sociedad burguesa donde la Libertad funciona mas como muralla ("mi libertad termina donde empieza la del otro") que como puente.
Por eso la autenticidad y autoreconocimiento del indohispanismo se diferencia del eurohispanismo en que este ultimo aparece tras la decadencia del siglo de oro como reacción y siguiendo el liberalismo anglofrances desconociendo a los criollos periféricos y enajenando toda posible reforma extendiéndose mas tarde en la pugna entre oligarquías y Pueblo, llegando hasta nuestros días donde el atlantismo y el Euro aniquilaron toda posibilidad de acercamiento cultural sincero. 
El socialismo reconoce a la tecnología mas que a la teología, biología, economía o romanticismo como origen de la cultura social y nacional ya sea desde herramienta "espiritual" como el lenguaje por el que dos personas aprenden, se conocen y entienden sobre algo objetivo y se ponen de acuerdo hasta el desarrollo en base a las necesidades concretas de una comunidad. Lo cultural es lo que trasciende la ideología que no es mas que un repertorio de ideas subjetivas por eso el colonialismo distorsiona ideológicamente lo mas vital en un Pueblo exacerbando algo particular (o sectorial) por sobre lo total.
El realismo de nuestro socialismo no interpreta la historia como el materialismo anglosajón en base a la lucha de clases ni como el progresismo ilimitado del idealismo francés sino como Lucha de Liberación.  La liberación es lo que llevó al hombre a organizarse con otros hombres para frenar la brutalidad de la naturaleza controlandola y poniéndola a su favor así como del ataque de tribus o fuerzas extranjeras mediante Juntas consiguiendo paulatina soberanía social y particular. Pero dicha lucha por conservar la libertad y adquirir mas soberanía dio paso a diferentes etapas históricas de dominación de reyes seguido por ciudades expancionistas que dieron lugar al imperialismo de naciones para continuar como corporaciones multinacionales. La izquierda clasista se detiene apenas en la etapa de imperialismo mundial y al no adelantar atrasa mas allá de su supuesta postura revolucionaria. No se trata de la "formación" de una conciencia de clase entre contradictoria y enajenante, sino del despertar la conciencia de una situación económica, social y cultural real.
Por lo que hay tres tipos de conciencias que hoy marcan una revolución o un proceso profundamente progresista:
  • Conciencia Social; la cual introduce al individuo en lo social alejándolo del liberalismo y oponiéndose a la explotación y exclusión.   
  • Conciencia Nacional; por la cual la lucha social desde la cuestión colonial trasciende el clasismo y se encausa en lo popular buscando la fusión de distintos sectores contra la oligarquía anti-patria.  
  • Conciencia Cultural;  contra el colonialismo se alza la lucha nacional contra la sinarquía de la Elite mundial que desde la globalización le ha declarado la guerra cultural a todos los pueblos inclusive a las potencias del primer mundo y por ello utiliza como escudo debilitador a las izquierdas y a la progresía muchas veces mas útiles que los grupos nacionalistas. Por eso muchos socialistas y "anti-imperialistas" que no advierten esto ultimo terminan siendo los peones fundamentales en esta "revolución mundial" redactada por los globalizadores.  
Introducir revoluciones prefabricadas como “la lucha de clases” es como el haber introducido a su madre ideológica, la competencia liberal; es sembrar y cosechar precipitadamente gérmenes extraños que debilitan cualquier organismo trayendo decadencia tras decadencia. No se trata de exterminar a la burguesía, se trata de superarla fortaleciendo a los trabajadores. La “proletarización” del ser humano es tan injusta como conservar o reformar la brecha entre ricos y pobres; ambos polos mantienen los parámetros del capitalismo (liberal o estatal). Nuestra conciencia de clase es diferente a las que resultan de las contradicciones liberales del capitalismo, nosotros no necesitamos fomentar apariencias y formar una conciencia aparte eso es propio de la cultura burguesa, los trabajadores siempre y unicamente han tenido conciencia de Patria. Una conciencia "proletaria" es tan aparente y contradictorio como un movimiento "policlasista". Solamente se puede apuntar a una sola clase nacional de los trabajadores la cual varía en grados: técnicos, profesores, obreros, productores, militares, dirigentes, artesanos etc. Como se ve, burguesía, pequeña burguesía, proletariado y lumpen-proletariado no son mas que la teoría burguesa de un país que carece de una Nación trabajadora. Dogmatismos ultristas y confusionistas que van desde: “proletariado contra burguesía” a “obreros contra patronal” es jugar el juego de los poderosos internacionales no queriendo ver la raíz real del problema: Imperialismo y Oligarquía entreguista, y lo único capaz de frenarlos: Patria y Pueblo. Un Frente Nacionalista como supergremio (cultural, político, económico) del Pueblo. El Estado es el origen histórico y base concreta de una sociedad compuesta por el individuo y los cuerpos sociales como la familia y los gremios que dan origen al Municipio. El Estado es el espíritu social y la encarnación histórica que forma la nación de un pueblo. Sin estado solo hay un conglomerado de individuos, tribus, regiones y corporaciones donde rige la lucha de intereses.
La teoría de Lucha de Clases como motor histórico de la izquierda internacional es contradictorio en muchos puntos, empezando por el hecho de que el proletariado como clase,  en complicidad con la burguesía, para lograr un mejoramiento social en las metrópolis dependería de la explotación de las clases y sociedades periféricas por lo que contra eso el estatismo y nacionalización de estos últimos llevaría a un empeoramiento del proletariado metropolitano que llevaría a una tensión social. Muchos piensan que la nacionalización en los países colonizados es un empuje para la "lucha de clases" en las metrópolis, pero en verdad es una falacia ideológica a razón de que la Elite, los consorcios y la banca mundial son los primeros en querer provocar y promover dicha lucha en contra los nacionalismos de las grandes potencias poniéndose del lado de los sectores ultraizquierdistas y progresistas. Lo que ya no se trata de "proletarios del mundo, únanse" sino de "la solidaridad de naciones trabajadoras y oprimidas contra la usura mundial" y que nos vuelve a la idea de que el único motor histórico del socialismo ha sido la Guerra Cultural contra la hegemonía de la globalización. 
Mientras el concepto de Lucha de clases en los países ultra desarrollados llego a determinarse por una cuestión natural donde la riqueza acumulada por los capitalistas a expensas del proletariado ya rebasaba limites. Nuestra “Lucha de clases” es muy diferente, lo nuestro no pasa por la guerra entre dos clases europeístas tan concretas como “burguesía” y “proletariado” sino que nuestra situación es mas diversificada ya que nuestro continente es rico en recursos y pobre en industria llegando a etiquetarnos como: “países bananeros” lo cual es lógico a causa de nuestro dogmatismo manufacturero impulsado por las grandes oligarquías agraria y minera que llevó a estancarnos en la pobreza y a establecernos como patio trasero. 
Esta es una guerra donde no hay lugar para la moralina pacifista que enseña como “debería o no debe” actuar el Imperio con los pueblos mas débiles. El objetivo del zapato es pisar y el del verdugo es castigar, el del usurero es robar y el del explotador es aprovecharse; por ende lo fundamental para nosotros es reconstruir fuerzas y resistir en el combate, lo demás se añadirá. 
La tarea de reunir las veinte partes de Iberoamérica no es un sueño, como si lo es la romántica Unión Europea, sino que es una realidad histórica inconclusa de nuestra herencia hispánica ya que desde un principio Iberoamérica fue una sola patria dividida entre virreinatos solamente por cuestiones administrativas. Tanto las discordias e intereses oligárquicos junto a la inmiscusión de Francia y del imperio anglosajón hicieron que un puñado de caudillos se conformen con sus patrias chicas y sus sueños foráneos de civilización y progreso. Es más posible que veinte países semicoloniales terminen reunidos a causa de un factor histórico en común que formaría una superpotencia y una preocupación para el imperio anglosajón (algo que este teme y sabe desde hace siglos), a que un circo como la Unión Europea siga en pie a causa de sus Bancos y mercado interno. Sean reivindicados todos nuestros héroes y quijotes históricos que han intentado reunir veinte partes que el Imperio y el Nuevo Orden Mundial fueron dividiendo en esta Gran Patria llamada Iberoamérica.